jueves, 8 de marzo de 2012

Volar


En el fondo le gustaba perder los aviones.

Era como perder el autobús o el metro pero multiplicando la situación de incerteza por una cifra elevada indeterminada.

Siempre terminaba perdiendo los aviones.

Hoy se había levantado con una chica de preciosa melena rubia y piel de porcelana a su lado.
No recordaba nada del día anterior. Sabía que había bebido más de la cuenta y que se había pasado de rayas y de chocolate…

Pero no recordaba ni quién era esa preciosidad ni que tenía que haber cogido el avión que le llevaría a la otra punta de la península para volver a su casa.

Demasiada fiesta anoche.
Demasiada fiesta anteanoche.

Sabía que ahora iba a ser un problema encontrar un vuelo relativamente asequible para poder estar el lunes a las 7 en el trabajo…

En qué estaría pensando.

La chica se despertó poco a poco, el aviso de un sms en el móvil del chico le hizo entreabrir los ojos.

-Buenos días.
-Buenos días, ¿has dormido bien?
-Sí, genial. ¿No me das un beso?
-Sí claro. – La verdad es que le incomodaba la situación, no se acordaba de su nombre ni de nada-. Te pido disculpas por cualquier cosa que pudiera hacer anoche. No me acuerdo absolutamente de nada.
- ¿Disculpas? ¡Fue genial! Me entraste en la zona VIP del festival, me presentaste a todos mis grupos preferidos, me llevaste a este hotel increíble y me hiciste tener tres orgasmos seguidos. ¿Te tengo que disculpar por eso?
-Vaya… no sabía que fuera tan bueno…
-Bueno tampoco te lo creas demasiado… estaba muy excitada, tenía muchas ganas de conocerte y encima me enrollé contigo. Bésame otra vez.
El chico le dio un beso cortito en los labios.
-Jajajaja, ¿sabes? Acabo de darme cuenta de que he perdido el avión, así que debo hacer unas llamadas para conseguir otro vuelo y poder estar mañana en el curro.
- ¿No vives de la música??
- Jejeje en este país muy poca gente vive de la música. Sólo los que suenan en los 40 principales y no todos...
- Pues que injusticia…
- Bueno no nos pongamos ahora a hablar de injusticias… ahora me tocará pagar 300 euros por un billete de avión eso sí que es una injusticia.
- Pues sí, puedes venirte a mi casa, mi madre todos los domingos hace paella.
-Gracias por la invitación pero será mejor que te vistas y te pidas algo de desayuno… come lo que quieras. Yo tengo que aclarar lo del avión.
-Tu y los aviones…
- Es que me gusta perderlos.
- ¿Como?
- Me gusta perderlos, así tengo la excusa perfecta para despedirme de ti sin preguntarte el nombre y sin hacer la despedida demasiado larga y embarazosa.
- ¡Eres un cabrón!
- Jajajaja, mujer ¡era broma! Pero que te tengo que dejar es verdad. Me alegro mucho de haberte conocido preciosa, seguro que volvemos a coincidir. El mundo es un pañuelo.
-Pero….
-Cuídate, ya sabes, pide lo que quieras para desayunar, date una ducha y cógete el tiempo que necesites. Esta todo pagado ya. ¡Nos vemos!

Se fue.

Perder aviones era la excusa perfecta. Se la tenía bien sabida… ahora a ver por cuanto le salía la excusa… ¿200, 300?

Le gustaba perder aviones. Siempre había una chica preciosa en su cama mientras el avión se iba sin él.




 

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