jueves, 15 de mayo de 2025

14 años sin Pedro San Martín


 

Querido Pedro,  

Un año más me siento frente al folio en blanco que se llenará de reflexiones y vivencias sin ti.  

Son muchos años ya sin acompañarme y, han pasado tantas cosas que quien me conozca en este momento de vida, pensará que ese mundo que compartí contigo nada tiene que ver con la chica que soy ahora.  

En octubre volví a San Sebastián. 

Abril y Arlet conocieron la ciudad y a quienes pudieron quedar de la cuadrilla. 

Fue un viaje muy especial. 

Volver a pisar las calles de la ciudad, volver a pasear por la Concha, disfrutar de pasar tiempo con personas que, junto contigo, fueron y siguen siendo importantes en mi vida. 

Porque a ellos puedo volver a verlos. 

Pero a ti solo podré volver a verte en sueños. 

El día a día, va muy acelerado; el trabajo, la crianza (palabra que dice Borja que asocia conmigo porque soy muy pesada en explicar cómo te cambia la vida cuando eres madre) y vivir en el mundo real y en el paralelo en la red, hace que no tengamos tiempo de nada. 

A veces ni de soñar. 

Dato para reflexionar y disfrutar del momento presente. 

Porque no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. 

Y yo he perdido tu olor. 

El olfato. 

En general. 

Unas semanas después de volver de Donosti mi sentido se paró. 

No hay explicación médica. Si cojo tu perfume ya no estás. 

Es una sensación muy extraña no poder recordar oliendo. 

De las últimas sensaciones que recuerdo notar es el perfume de Omar al abrazarme. Creo que me dijo que era uno de Loewe. 

También recuerdo el olor de cuando te despedí. Mugler de Thierry Mugler. Mercedes me lo transmitió al darme un abrazo. Me lo he ido comprando en verano año tras año hasta que intentaron descatalogarlo hace un tiempo. 

Llevo meses haciendo rehabilitación olfativa, me han dicho que es de lo poco que puedo hacer. He tomado corticoides, he entrado a formar parte de la asociación de la anosmia española y práctico mañana y noche los olores de las esencias. 

Porque me niego a perderte, porque el olor, y poco a poco el sabor, son dos sentidos que parecen prescindibles, pero cuando nos fallan perdemos mucho de lo que nos llena. 

Esos pequeños placeres que hacen que disfrutemos de vivir. Esos que tú y yo no dejamos de sentir. 

Porque los momentos importantes llevan un olor asociado y no voy a rendirme y dejar de sumar recuerdos olfativos y perder los que resisten en mi cerebro. 

Con la de substacks de Amaya Escunce que me he leído descubriendo perfumes exquisitos y la de veces que he recomendado el perfume que me regalaste de la perfumería Urbieta. Molecule 02. 

Por suerte mis otros sentidos están bien. 

Mis ojos ya no llevan gafas (esto no sé si te lo conté que me operé hace un par de años), y mis oídos siguen recibiendo buenas ondas musicales. 

Sé que te haría muy feliz saber que Amateur está haciendo conciertos y siguen sacando canciones. Es Fino quien sienta las bases de los acordes. Seguro que te hará ilusión. 

También Isa y Alondra, entre otras voces más, colaboran en canciones. Ya ves, aquí siguen los de siempre. Pese al paso del tiempo, todo gira y se reencuentra. 

AMA retomó los escenarios para el 50 cumpleaños de Pozik justo una semana después de reencontrarnos en la ciudad. 

Sí, todos nos hacemos mayores. 

Respecto al tacto, toco el violín menos de lo que me gustaría, pero paso páginas de libros a un ritmo bastante satisfactorio. 

Que no desaparezca nunca el placer de leer, escribir y narrar. 

Pese a lo electrónico y la biblioteca virtual, el tocar el papel nunca superará un formato digital. 

Siguiendo las palabras de Nazareth Castellanos tú estás en mis otros dos sentidos, esos que no se conocen, esos que no se estudian en los libros. 

 En mi propiocepción e interocepción, pasando por la somatización que me hizo perder la vesícula al perderte junto a mi padre y a resiliencia que me hizo reconstruirme y salir a flote. 

Hiciste un quiebro demasiado potente en nuestras vidas Pedrito. 

Aquí, los que nos quedamos hemos ido avanzando y reconstruyendo nuestros caminos según las oportunidades y acontecimientos que nos ha ido brindando el destino. 

Y todos te recordamos, muchas personas leen nuestras cartas y muchas de tus vivencias fueron compartidas y comentadas por personas que, al igual que yo, seguimos pensando que marcaste nuestras vidas para mejor. 

Un abrazo grande,  

No dejes que mis sentidos se olviden de ti. 

Siempre en mi corazón. 

Por mucho tiempo que pase. 

Rosa Martí. 

martes, 14 de mayo de 2024

13 años sin Pedro San Martín

 Hola Pedro. 

¿Cómo va por el universo? 

En la tierra, un año más, todas las personas que te conocimos recordamos que te fuiste a la francesa y nos quedamos sin poder seguir compartiendo la vida contigo. 

Qué difícil de entender es la muerte cuando queda tanta vida por delante. 

Qué difícil de llevar es la ausencia cuando todo estaba por hacer y todo hubiera sido posible. 

Hace trece años de aquel quince de mayo que cambió el curso de mi vida (y el de muchas otras personas) y cada vez el mundo gira más deprisa. 

Como cada año, releo la carta anterior y pienso en todo lo sucedido estos 365 días sumados a tu partida y a mi experiencia. 

Me ha pasado volando. 

Este año de alegría sin quimioterapia, sin confinamiento, con dos niñas en el colegio y un trabajo que cada día es más demandante y absorbente ha pasado como un torbellino de actividades, vivencias y aprendizajes. 

Vamos muy rápido Pedro. 

Nada que ver al ritmo que compartíamos. Y eso que, a eventos, no nos ganaba nadie. 

La tecnología nos ayuda, pero también nos esclaviza.  

Estamos aprendiendo a gestionarla y a gestionar nuestras necesidades y prioridades entre el mundo real y virtual. Entre la realidad y la ficción de la red. 

Pero no hay manual de instrucciones. 

Tampoco para la maternidad y la paternidad. 

Y menos paras las dos situaciones a la par. 

Y como en todas las nuevas experiencias, el mundo avanza entre el ensayo, el acierto y el error. 


AMA sacó disco en la primavera del año pasado y AMATEUR lo ha hecho este año con Mushroom Pillow. 

No hace falta que te cuente mucho porque sé que ellos lo harán constantemente. Hay demasiadas cosas vividas (tantas que desconozco la mayoría) y mientras sigan creando canciones, estarás presente en ellas. 

Muchas veces pienso en cómo me marcaste en esos 5 años que compartimos juntos. En la relatividad del tiempo y las palabras del bioquímico Carlos López Otín: El tiempo emocional, que nada tiene que ver con el real. 

Aprendí tanto junto a ti que pasan los años y sigue habiendo cosas que me hacen volver atrás. Te lo he contado muchas veces, pero sigo utilizando tu cartera y oliendo tu perfume (casualidades de tus gustos, todo de Paul Smith), sigo teniendo todos tus discos en el rinconcito musical de la casa (con spotify cada vez el formato físico lo utilizamos menos) y los libros de Houellebecq, Hesse o Sempé. 

Me gustaría que, aunque pasen los años, aunque se me rompa tu cartera, se termine tu perfume o las vivencias vayan difuminando los recuerdos, estas conversaciones que tenemos a solas, con la luz de una pantalla por testigo, no se desdibujen nunca. 

Las señales que me has mandado todos estos años han calado gota a gota en mis recuerdos esenciales. 

Estoy viviendo esos últimos años que viviste con mi edad. Te recuerdo vital, incansable, con las ideas claras y al mismo tiempo con una vulnerabilidad y una necesidad insaciable de ser amado. 

Leía una entrevista que le hacían a Jesús Terrés en Gatrópolis a raíz de su última novela “Buscaba la belleza” y me quedo con la frase que abre el libro: 


“Nunca sabremos cómo serían nuestras vidas si las cosas no hubiesen sido como son”. 


Y así es. 

Solo me queda recordarte. Al igual que espero que, entre todas tus partículas que han vuelto al universo y todas las ideas que creaste y que dejaste por utilizar, siempre recuerdes a aquella chica que apareció en tu mundo para quedarse, pero el destino hizo que la historia nunca pudiera continuar. 


Un abrazo grande Pedro. 


Siempre te recordaré como un ser especial. 


 



 


 

lunes, 15 de mayo de 2023

12 años sin Pedro San Martín

 Feliz inicio de semana Pedro.


Hace 12 años que dejamos de vernos y cada año que pasa, de alguna manera u otra, te siento presente.


Y sí, puede que sea mi subconsciente, mi corazón o la casualidad encontrada a la confluencia de nuestras diferentes dimensiones.


Pero hace justo una semana que mi hija Abril terminó el tratamiento oncológico contra la leucemia que empezó un 27 de enero de 2021.


Con 5 años tiene más resiliencia vivida que muchas personas que ya han pasado la mayoría de edad.


Espero que en esto no se parezca a la madre y las montañas rusas que le queden por vivir, sean altibajos banales a los que las personas damos importancia cuando lo verdaderamente importante está en orden.


Escucho “La buena vida” mientras te escribo. 


En septiembre se lio una buena al subirse casi toda vuestra discografía a la plataforma “Spotify” (plataforma musical en streaming).

De repente, todas las canciones que grabasteis con Siesta se hicieron públicas.

Fue una alegría que duró muy poco.

Un bot ruso sin autorización, hizo aparecer, crear la polémica y desaparecer, en unos días de diferencia, vuestras canciones del streaming actual.


Ya ves, hasta los rusos andan metidos en vuestra trayectoria infinita. 


En marzo, el universo me regaló una de las escapadas que más anhelaba.

Durante 3 días se iba a celebrar un congreso nacional de direcciones de escuelas públicas en Donosti.


Y decidí arrepentirme (que no lo hice) de lo hecho y volar.


Jorge se quedó con las niñas (bendita suerte la mía de compartir mi vida con él y sobrellevar las mareas y tormentas y disfrutar de las alegrías y risas juntos) y yo volví a San Sebastián y me sentí absorbida por los recuerdos, la cuadrilla y la ciudad.


Días de una intensidad brutal de sentimientos, recuerdos, reencuentros y aprendizaje.


Por una parte, conversar con personas en el ámbito laboral que apoyaron y acompañaron la reivindicación legislativa para que la interpretación de los permisos docentes se hicieran más reales y consiguieras modificar una praxis incorrecta para los docentes valencianos con hijos con cáncer.


Hay muchas personas con ganas de que nuestra educación pública sea un referente de calidad y acompañamiento emocional.

Pero hace falta inversión, gestión y red de trabajo común.


Por otra parte, volver a recorrer la bahía con el viento de cara y mirar el mar mientras el débil chirimiri me encrespaba el pelo.

Sentarme en un banco de la concha a primera hora de la mañana.


Volver al centro comercial San Martín, comprar libros en la FNAC y hablar con un señor mayor (con su periódico y su pan bajo el brazo), del tiempo, de la familia y de la vida en general.


Sentirme como hace más de una década mientras paseaba por el centro mientras tú ibas a trabajar.


Con unos días preciosos de sol, nubes grises y ese final de día evocador que regala la ciudad cuando las mareas van bailando al son del efecto lunar.


Pero lo que más feliz me hizo es quedarme en la nueva casa de Borja. Conocer a Berta y volver a compartir una noche con la cuadrilla que pudo unirse a la llamada de mi fugaz visita fue como volver más de una década atrás.


Quedaron muchas personas por abrazar y otras muchas a las que espero que no vuelvan a pasar tantos años para volver a compartir lugar.


Pero qué complicado es (aunque no debería) encontrar el momento de volver y volar.


Dejar de ser madre (por primera vez durante 3 días) y volver a ser la chica que vivió en San Sebastián junto a personas que me enseñaron placeres de la vida con los que siempre convivir.


Porque era como si nada hubiese cambiado de esas escapadas que hice un año después de perderte.


Porque no quería perder también Donosti. Y me aferraba a la ciudad y a las personas. 


Y se estaba desvaneciendo.


Y las partículas volvieron a aflorar.


Volver a abrazar a Borja, verle feliz, hablar de música, de libros, de tonterías y recordarte con la sencillez que lo hacen aquellos que no importa el tiempo que haya pasado sin mirarse a los ojos porque estamos impregnados de ti.


Me hizo mucho bien volver a ese espacio para darme cuenta de que sigues en mi esencia. Que mi vida ha cambiado tanto que poco queda de aquella chica veinteañera que se enamoró locamente de un treintañero bon vivant que le hizo descubrir el mundo, los placeres, los viajes express y los backstages de los festivales de España en general.


Y no quiero perderlo.


Cada año la experiencia de las situaciones vividas nos transforman, nos hacen replantearnos nuestras convicciones, nos invitan a mirar hacia adentro y van surgiendo nuevas dudas y comportamientos que realizamos buscando la estabilidad mental y emocional.


Pero aquí seguimos, tú mandando señales y yo compartiendo mis neuras y vivencias contigo y con el mundo.


Porque sigues existiendo en miles de corazones y pensamientos.


Para muchas personas, el 15 de mayo aparte de ser el día de la familia, la esclerosis tuberosa y San Isidro el patrón de Madrid, también es el día de recordar los momentos vividos contigo, los conciertos y canciones de La Buena Vida y tus inagotables ganas de vivir que se apagaron hace 12 años en una carretera nacional.


Espero volverte a escribir y contarte que mis hijas conocieron nuestra ciudad, que volvimos a coincidir en el universo en el cruce mágico de las coincidencias de la casualidad y de que, venga lo que venga y pase lo que pase, cada recuerdo del día que el destino nos hizo separarnos será un día tan normal como especial.


Por ti por siempre,

de corazón.

“Vapor de carga” - Hallelujah! - La Buena Vida





lunes, 13 de junio de 2022

11 años (y un día) sin Paco Martí

Ayer, igual el destino quería que compartiéramos un día familiar y estuvieras presente sin darnos cuenta.

Porque disfrutamos de la compañía de la familia y no nos acordamos de la efeméride anual.

Iris estaba en Andorra y no pudo venir, pero Violeta vino de Alcoi y Marga de Lisboa.

Cada hija en un lugar del mundo, pero con la esencia única que nos aportaste en mayor o menor tiempo a cada una de nosotras.

Porque la unión hace la fuerza.

Y toda aquella reivindicación que empezó hace un año con la visibilidad del problema que teníamos para conseguir el derecho que tienen en otros trabajos de poder cuidar a nuestra hija mientras dura el tratamiento contra la leucemia se hizo viral.

Y conseguimos poder cuidar a Abril como se merece.

Pero quisimos que nadie más volviera a pasar por el calvario de sentirse impotente ante unas leyes que no acompañan a las necesidades de nuestros menores enfermos.

Y varias docentes creamos una plataforma que a día de hoy sigue trabajando y en activo.

Porque a la espera de modificación de la normativa, siguen habiendo familias que necesitan que se les estudien las circunstancias y se las escuche.

Nos hemos dado cuenta de que debemos reivindicar que cualquier menor escolarizado tenga derecho a una atención escolar domiciliaria.

 Actualmente infantil 3 y 4 años no puede optar a ello en la Comunidad Valenciana.

Que un docente se asigne a un menor mientras está en casa, le resta angustia, ansiedad y soledad a los intensos y duros tratamientos que tienen que aguantar pequeños y pequeñas que pasan largos períodos sin poder normalizar su aprendizaje y socialización.

Hace unos meses, el inspector de educación de nuestra zona que compartió momentos de trabajo contigo me comentó que nunca te rendías.

Que luchaste y reivindicaste sin parar lo que consideraste que era justo.

Y pienso que no hay forma más bonita de avanzar que esa.

La de unirse para visibilizar realidades minoritarias que necesitan altavoz para ser escuchadas.

Y puede que esta montaña rusa emocional haya sido el desencadenante de que me diera cuenta de ello.

De que nos demos cuenta de que mejorar el mundo está en las manos de cada una de las personas que lo habitamos.

Que los que lo hicisteis antes nos mandáis la fuerza y la convicción de que todo es posible ahora.


Gracias papá por seguir estando sin estar, por tener paciencia sin existir y por seguir intentando ser pilar aunque no te podamos abrazar.

Gracias.




domingo, 15 de mayo de 2022

11 años sin Pedro San Martín

 Domingo por la mañana.

El olor a sofrito de paella valenciana, el calor y el sol que empiezan a posicionarse con fuerza.

Todo es cíclico pero nada permanece.

Hace once años me hundía en un pozo negro en el que dejé de sentir mi cuerpo para centrarme en la pena y el dolor de escuchar la noticia de haberte perdido.

Físicamente.

Porque hoy, más de una década después, sigues aquí.

En las palabras, en mis recuerdos y en los de mucha gente que sigue recordando todas sus vivencias y sentimientos que creasteis juntos.

 


Hola Pedro,

Creo que ha sido el año más extraño desde que te fuiste.

Parece que fue ayer cuando te escribí y ya han pasado 365 días en los que he escrito al mundo casi a diario los dramas, alegrías y sentimientos de una vida que, como cualquier otra, es una montaña rusa de vivencias.

Ha pasado tanto y tan poco al mismo tiempo que me cuesta cambiar algo de lo que te dije en la anterior carta.

Ayer la releía y pensé en lo afortunada que soy de poderte contar tanto en tan poco espacio. De poderte abrir mi corazón y mis pensamientos sin esperar respuesta más allá de mis entrañas.

Y sí, el parque de atracciones de nuestra vida continúa en la categoría Premium.

Seguimos viviendo en torno a un tratamiento.

Un tratamiento que ya cursa la última y más larga fase del proceso y que, en estos momentos, avanza acompañado de una rotura de tibia que nos lo ha complicado un poquito más si cabe la existencia.

Paciencia, amor y empatía.

Abril, pese a tener unas cartas malísimas, las ha sabido jugar con maestría y es una niña admirable en muchos aspectos de la vida.

Con cuatro años ha vivido tanto y tan intenso que su existencia siempre estará marcada por su partida maestra contra la leucemia.

Su partida, la nuestra y la de todas las personas que viven de cerca su juego.


Ayer se corrió la primera carrera del GR36 que separa Montanejos de Villavieja (localidad donde el patrón es San Sebastián).

En ella Pedro, el mejor amigo de Jorge y padrino de Abril, decidió crear un reto en el que se proponía recorrer sus 64 kilómetros en 8 horas y recaudar al menos 1000 euros para la investigación contra el cáncer.

La repercusión que está teniendo a nivel autonómico y local no nos la esperábamos nadie. Radio, televisión, prensa, redes y una recaudación que seguirá activa unas semanas y que ya supera casi el doble lo esperado.

Y a mí, cuando se acerca el ecuador de mayo, todo me recuerda a ti.

Los santos, los nombres, las fechas, las pequeñas coincidencias…

El día de la familia.


Todo me recuerda que sigues ahí, con tus sutiles señales, con tus recuerdos materiales que aparecen de vez en cuando por casa; como tu perfume (qué potentes son los olores), tus libros, nuestra música…

Mensajes de tus familiares, de tus amigos y amigas donostiarras, de los conocidos y conocidas del indie, de los fans de La Buena Vida que esperan con ansias que vuestra música no se quede en el olvido y que las pequeñas grandes joyas que son vuestras canciones acompañen a nuevas generaciones en sus particulares parques de atracciones de la mente y el alma.

Las redes nos siguen acercando igual que un día nos acercaron a nosotros dos.

Al mismo tiempo, han llegado a un nivel de exigencia, de rentabilidad, de manipulación y de postureo vivencial que debemos aprender a gestionarnos y acompañar en la gestión a las generaciones que avanzarán y crecerán en un entorno altamente digital.

 

Porque seguimos siendo esencia de contacto, porque el no poder tocar hace imprescindible el soñar, porque el no ser tangible hace muy difícil el recuerdo.

Pero no podemos cambiar el pasado ni vivir con miedo al presente ni al futuro.

Disfrutemos del viaje. Estemos donde estemos y seamos lo que seamos.

Cuerpo, luz, pensamiento o palabra.

 

Gracias por ser mi primera revolución emocional, Pedro.

 

Un año más lejos pero con la seguridad vivida de que mi camino siempre tendrá un trozo del tuyo entrelazado hasta la eternidad.


Por siempre y para siempre.

La flor que enseñaste a amar.






domingo, 11 de julio de 2021

Diario de una leucemia - día 153

Ayer fue uno de los días más emocionantes para Abril desde hace muchos meses.
Una semana después de la última revisión y casi tres semanas sin quimioterapia, volvieron al hospital para ver el grado de recuperación.
1200 neutrófilos.
Hacía mucho que no contábamos tantas defensas juntas.
Y había que aprovechar.
El jueves vuelven las quimioterapias y la montaña rusa volverá a ir de bajada.
Después de meses, ha jugado con su amiga, en la terraza de casa y con mascarillas.
Solo un poco. Pero ha sido extraordinario.
“Hui estic molt contenta, m’ho he passat molt bé amb Júlia”
Y por si eso no había sido suficiente hemos acompañado a papá a comprar.
En carro, gorra, mascarilla y esperándole en la calle.
Pero poder saludar a las cajeras desde la puerta automática ha sido estupendo.
Cuando un tratamiento limita tanto tu vida te das cuenta de la sencillez de las cosas que nos hacen felices.
La toxicidad que que queda en su cuerpo le provoca vómitos matutinos y durante las comidas.
Pero no pueden con ella.
Tiene tan asimilado que forma parte de su vida que, si le da tiempo, va al baño, vacía, y vuelve a sentarse a la mesa a comer.
Da igual las veces.
Pero para lo poco que le pide su cuerpo comer (hemos oscilado en tres meses desde los 15 kg hasta los 12’5kg que pesa ahora) no vamos a desaprovechar la paella del domingo ni nada que su paladar diga sí y su estómago le contradiga.
Tener en casa ricos manjares “de gordura máxima” no es fácil para papá y mamá…
Pero Abril ahora necesita comer lo que sea y que paladar y estómago estén unidos.
Hoy iremos a despedirnos de sus primeras maestras, las que le hicieron ver la escuela como imprescindible y con las que, aunque por desgracia solo pudo aprender un trimestre, Abril tendrá un recuerdo de felicidad siempre.
Gracias Marisa y Rebeca.
Ojalá algún día consigamos que durante toda la escolarización obligatoria no se pierda esa magia y la escuela sirva para llenar de felicidad, emoción y aprendizaje el día a día de los menores.
Seguimos con nuestro período disfrutón.

Aún queda para el jueves y lo vamos a aprovechar.



4 meses de Arlet

4 meses.
Te giras, croqueta a un lado, al otro, arriba, abajo….
Empezamos pronto la locura del movimiento.
Dejarte en la cuna colecho y encontrarte en medio de la cama.
Te gusta mucho el ukelele y los dibujos de tu hermana.
Vernos comer y los baños tranquilos.
Risas a carcajadas y soniditos varios.
Desde los tres meses no hay manera de hacerte dormir boca arriba por las noches.
O de lado o boca abajo. El pulgar es tu chupete preferido y ya te gestionas tus poses solita.
Descubrir que puedes agarrar y que levantando el culete puedes moverte unos centímetros han sido los nuevos descubrimientos.
Manos y pies ya no tienen ningún secreto para ti.
Libros con texturas y ruiditos, alas que suenan a papel charol arrugado, cascabeles enjaulados que se escapan rodando y un perrito robot de luces y sonidos.
Nos espera un verano muy casero, movido y de muchos cambios.
Gracias por ser tan buena y bendita, Arlet.