domingo, 9 de septiembre de 2018

Abril en agosto de 2018. Cuarto mes.


Pesas 6’64kg, mides 61cm y tienes un perímetro craneal de 42cm.

Sigues creciendo y engordando correctamente. Tus muslos son tan graciosos y regordetes que dan ganas de estar apretándolos todo el día.

Algo que me tiene alucinada son tus uñas. ¡No paran de crecer! Al principio, por miedo, solo las limábamos con un aparatito llamado “Baby Nails”, pero ahora ya me he pasado a las tijeritas porque no había manera. ¡Vamos llenos de arañazos!

Cada vez te gusta menos el gimnasio Montessori. Te aburre estar boca arriba y siempre que te dejamos a jugar en  el suelo, te giras inmediatamente para ponerte boca abajo y atrapar todo lo que tienes a tu alrededor.

Te encanta coger objetos con tus manitas y ponértelo todo en la boca. Si te interesa algo puedes incluso girar tu cuerpo 180º con pequeños movimientos de manos y piernas.

Lo que más te gusta sigue siendo la música. Escucharnos cantar siempre te saca una sonrisa. Da igual que estés llorando, que estés aburrida o medio dormida. Si nos oyes cantar se paraliza el mundo.

Nos hemos comprado nuevo ukelele. Desde que naciste, papá acompañaba las canciones y les daba un toque de ritmo y de armonía y la verdad, me dió un poco de envidia ver que yo solo cantaba.

He aprendido a tocar los acordes básicos también. Estoy encantada con el nuevo instrumento. ¡Muy buena sonoridad y muy fácil de tocar! Ahora, todas nuestras canciones tienes ritmos rasgados.

Pensaba que todos los muebles de tu habitación ya los estrenaríamos en la nueva casa pero tu crecimiento no para y la casa parece que, aunque avanza poco a poco, no sigue tu mismo percentil.

La minicuna ya no nos sirve. Aún cabes pero, durante tus dormidas no paras de dar vueltas, boca arriba, boca abajo, de lado, en diagonal… y en la minicuna el espacio era inexistente y te enfadabas y te ponías a llorar al ver que te quedabas a mitad camino en tus hazañas nocturnas.

Hemos montado la cuna grande y ahora te mueves a tus anchas.

Y lo mismo nos ha tocado hacer con el capazo del carro. Ya hemos pasado a la sillita.

El sueño… pues depende. Yo ya me he acostumbrado a despertarme, darte un poco de pecho y las dos a seguir durmiendo. La única toma que se me hace muy pesada es la de las 6-7 de la mañana. Yo seguiría durmiendo y tú ya tienes ganas de jarana mañanera hasta las 9 que sueles hacer un mini descanso de media hora.

Normalmente el patrón es binario. Dos horas de vigilia, media horita de sueño. Pero todo puede cambiar en cualquier momento.

Desde finales de agosto hasta mitad de septiembre empieza el cuarto salto hacía el mundo de los acontecimientos.

Leímos que era un salto fuerte. Se junta con la crisis de sueño y de lactancia. El sueño empieza a tener etapas más parecidas a los adultos, con micro despertares que nosotros tenemos totalmente asimilados y no nos damos cuenta y para vosotros cada micro despertar es un momento nuevo que no sabéis gestionar.

La lactancia empieza a auto regularse. Aún parezco una fuente andante cada vez que mamas pero sí que es verdad que ya no tengo los pechos hinchados como piedras en cada toma.

No cambio por nada la lactancia materna. Es muy cómodo llevar el alimento preparado en cualquier momento y lugar. Al principio es pesado. No es nada fácil. Pero ahora, que madre e hija estamos acopladas totalmente, es nuestro momento. Y sí, requiere atención plena. Mirada con mirada. Y saber que el alimento que está tomando es perfecto para las dos.

Ya puedo asegurar que no me he privado de nada este verano  aun así he seguido perdiendo peso.
El día 1, con la vuelta de papá al trabajo y con el inicio del salto en pleno auge, nos diste un susto que ha marcado el inicio de nuestro año natural.

El sábado por la noche empezó a subirte la fiebre y empezaste a vomitar toda la leche que bebías.
No eres de devolver. Ni tan siquiera esos pequeños reflujos que tienen muchos niños y que manchan los hombros de los padres.

Me asusté. No parabas de llorar. Y tú tampoco eres de llorar mucho.

La fiebre pasaba de 38º y decidimos irnos al hospital.

Llegamos con 39º de fiebre pero no te encontraron qué podría estar provocándola.

Con febrectal te bajaron la fiebre. Descubrir una alternativa no oral al apiretal fue toda una bendición.

Decidieron hacerte una analítica de orina. Problema. Para recoger la muestra tenían que pegarte una bolsita en los genitales y que hicieras pipi.

Toda la noche en el hospital. Al final consiguieron una pequeña muestra y en los resultados diagnosticaron infección urinaria.

Antibiótico  y a esperar los resultados del cultivo que tardarían unos 4 días.

A las 6 de la mañana volvíamos a casa hechos polvo y sin haber dormido.

Con febrectal y antibiótico en menos de veinticuatro horas volvías a estar tan risueña como siempre.
Mamá es la que se puso fatal. Con mocos, fiebre, dolor de oídos y malestar como si me hubieran dado una paliza.

Solo podía tomar paracetamol. Pero con la ayuda de la abuela, de papa y de la tía Marga pude descansar y recuperarme en veinticuatro horas.

Hasta en esto estamos conectadas.

Con los resultados del cultivo fuimos a nuestro pediatra de cabecera y nos comentó que puede que no tuvieras ni infección de orina. Es muy raro en lactantes y muchas veces, las muestras de orina se mezclan con un poquito de heces al coger la muestra y dan un falso positivo. Pero para estar tranquilos y terminar lo empezado, hoy terminados de darte el antibiótico que hemos ido compaginando con un probiótico, y te haremos una nueva analítica de orina y una ecografía la semana que viene. Igual simplemente ha sido un virus. O igual no.

La vuelta al cole ha venido fuerte. Pero nosotras podemos con todo.

Respecto a la casa hemos avanzado pero como te he contado antes, a un paso muy lento. Agosto es complicado para los oficios.

Papá sí que ha estado yendo toda la segunda quincena y se ha montado junto a tu padrino y tu abuelo todo el vestidor, los espejos de los baños y la zona de biblioteca musical y literaria.

Nos faltan las luces  y los últimos coletazos de final de obra.

Limpieza a fondo de toda la casa y la gran mudanza.

Esperemos que en septiembre - octubre podamos terminar por fin.