domingo, 23 de octubre de 2016

Jo mai, mai

Cuando en un aperitivo de domingo sale de tema estrella la letra de una canción es que realmente esas palabras han llegado hondo.

No me gusta imponer ni dogmatizar el valor o la calidad de una obra musical pero con esto de que el premio Nobel de literatura haya recaído en un músico ha habido mucha polémica
.
Una persona que hace que las palabras acompañadas con música sean parte de nuestras vidas, de la vida de nuestros padres o que lo serán de las generaciones futuras se merece el mismo respeto o más que aquel que cuenta una historia extensamente.

Porque la longitud y la extensión no es proporcional a la calidad.

Porque muchas veces menos es más.

Y porque las palabras en un contexto musical ondean libres en nuestros sentidos.



Hoy hemos analizado “Jo mai, mai” de Joan Dausà.


¿Por qué no? ¿Acaso es tan improbable estar enamorado de un amigo? ¿Es tan improbable quedarte con la espina de ese amor que dejaste escapar por miedo, por vergüenza o por circunstancias que ni sabes y te hizo pasar página?

Le ves asiduamente. Te encanta estar con él. Es tu amigo. Le quieres. Te ríes y te diviertes a su lado.
Pero estás casada. Y también le quieres, y también te divierte y lo amas. No lo cambiarías por nada. Eres feliz.

Pero les amas. Les quieres a los dos. Te encantaría tener dos vidas. Te encantaría ser la mujer de los dos. Soñarías con que los días tuvieran dos noches para meterte en ambas camas. Serías feliz llevando esa doble vida.

Tan diferente y tan perfecta a la vez.

Porque los dos te pierden, los dos te enloquecen y los dos irían al fin del mundo contigo.

Pero solo puede haber un libro de familia a la vez.

Solo existe la sociedad de ahora, monógama, posesiva y fiel.

Y es así. Y lo sabes.

Y entonces escuchas esa canción. Esas pocas palabras que dicen tanto en tan poco. Esa tensión. Esas miradas cargadas de alcohol y complicidad que hacen que todo salga a la luz.

Porque hay amores que nos llevaremos a la tumba con nosotros. Hay deseos que nunca confesaremos haberlos sentido y hay sentimientos tan encontrados que te hacen feliz y te duelen a la vez.

La vida son decisiones que vamos tomando a medida que pasa el tiempo. Son caminos que tomamos y otros que dejamos vacíos. Son vasos que llenamos y vamos consumiendo.

Porque tienes la decisión de beber o no hacerlo.


Porque solo con pensar estas decidiendo tu destino.








domingo, 2 de octubre de 2016

Vini, vidi, vici

Volver.
Retomar aquello que dejamos o empezar algo nuevo.
No tener miedo a lo desconocido y al mismo tiempo dejarse llevar por los nervios en el estómago de no saber qué pasará.

Creer.
Saber que es preciso no saber nada para aprenderlo todo.
Cada fallo que cometas será un peldaño más que habrá que superar para mejorar día a día.

Sentir.
Darnos cuenta que tenemos mucho que aportar.  No hace falta esperar nada. Simplemente sentir la necesidad de dar.

Comprender.
Respetar el momento de cada uno. Su necesidad. Su ego. Su fortaleza y sus metas.

Asumir.
El mundo es demasiado grande para que todo sea al gusto de todos.  Escucha, comparte, explica, corrige y decide.

Porque para volver tienes que haber ido ya.

No hay mejor aprendizaje que el propio. Analiza y mejora.

Tiempo por venir, futuro.

El presente es ahora.



Haz.

VVV