martes, 9 de octubre de 2018

Abril en septiembre de 2018. Quinto mes


Mides 64 cm y pesas 6’97kg con un perímetro craneal de 43cm. Sigues avanzando en el percentil 50.

Empezamos curso escolar con nuevos descubrimientos y situaciones.

Papá ha vuelto al trabajo y, aunque en septiembre el horario es de 8’30 a 14’30, no estábamos acostumbradas a pasar las mañanas solas y lo hemos notado.

Durante el día duermes media hora cada dos horas (normalmente, hay días que a los 20 minutos se terminó el dulce sueño) y, muchas veces, ese ratito no da para hacer todas las cosas que me gustaría hacer.

No eres de llorar, pero te gusta que estén pendientes de ti y que estén jugando contigo en el suelo.

La manta de actividades de Tiny Love te encanta. Le hemos puesto por debajo una alfombra de foam que te regalaron tus tías las divas del pop, para protegerte un poco de los movimientos incansables de croqueta y de arrastre circular para poder alcanzar los juguetes.

Disfrutas teniendo tus trastitos en cajitas amontonados y sacándolos uno a uno. Ya controlas muy bien el agarre con las dos manos y te encanta quitarte los calcetines.

Una vez tienes el juguete elegido, te las ingenias con los brazos y la fuerza de las piernas para ponerte justo en el final de la manta para poder dar con el juguete en el suelo y oír el sonido del golpe.

Es increíble verte progresar y ver como día a día vas avanzando en el proceso de ser autónoma.

El coche se ha convertido en mano de santo. Es sentarte en la sillita y, si estás mínimamente cansada, dormirte plácidamente. Quién lo hubiera dicho hace unos meses cuando llorabas como si te mataran…

Seguimos con el ukelele. Mamá ha aprendido nuevos acordes y ya podemos tocar canciones más allá de tónica y dominante en do mayor.

La música sigue siendo lo que más te apasiona aunque ahora te embobas con la comida. Vernos comer alimentos te fascina y, esperemos sea positivo para empezar con los alimentos complementarios dentro de un mes.

Has aprendido a hacer surgir el sonido “ma” que repetido hasta la saciedad es un “mamá” constante que hace muchísima gracia.

Ahora seguimos con el sonido “p” con petorritos así que,  justo como hiciste con la “m”, supongo que lo terminarás juntando con la obertura de la boca y en breve escucharemos “papá”.

Respecto al sueño, este mes hemos tenido de todo. Semanas de 3-4 despertares y semanas de 6-8 despertares con horas en vela.

Tú con una risa de oreja a oreja y yo muerta de sueño.

Hemos pasado el cuarto salto de las semanas mágicas. El salto más largo hasta la fecha en el que empiezas a entender acontecimientos.  Los cuentos, la pelota moverse, el aparecer y desaparecer de mamá por la puerta, el movimiento de las sombras, los cinco lobitos… Cada vez tu mundo y el nuestro son más parecidos.

Tengo la cara llena de arañazos de tus dedos inspeccionándome. Y es que te corto las uñas un montón de veces pero no sé cómo lo haces que siempre me marcas. La boca y los dientes te llaman mucho la atención. Y cogerme las gafas también.

Las vacunas te dieron fiebre al día siguiente e intentamos de nuevo darte apiretal pero vomitaste varias veces así que nos pasamos a los supositorios de frebrectal. Parece ser que el elemento extraño por el culete no te da tanta molestia…

Aún no vemos que te estén saliendo los dientes pero el mordedor de “Sophie la girafe” te lo manejas a la perfección y te encanta morderme los dedos de la mano. Me haces unas cosquillas muy graciosas. Espero que no te dé por hacerlo con el pezón…

El día 31 de octubre, mamá empieza a trabajar. Habrán sido casi seis meses de aprendizaje a convivir juntas, de dudas, de momentos preciosos, de agobios y de risas.

Porque si algo me está enseñando ser madre es que tengo unas hormonas que antes debía tener anestesiadas o dormidas.

Todo eres tú al 200%.

Este mes se me ha hecho muy cuesta arriba al ver que mis compañeros empezaban curso sin mí. Que iban hasta arriba de trabajo, que iba a ser tutora de un grupo de niños nuevo que empezaría el primer trimestre con otra persona. Que el jefe de estudios tenía que serlo y hacer educación física y hacer todo el trabajo de la dirección. Que la secretaría debía matricular sola, que la red de libros requería de más ayuda, que el comedor tenía que cerrar su balance del año pasado y abrir un nuevo programa…

Y yo estaba en casa poniendo lavadoras, tocando el ukelele, cambiando paquetes y teniendo conversaciones de besugos con un bebé de 4 meses.

Y al mismo tiempo me gustaba.

Me gusta pasar ratos contigo. Me gusta que juguemos, contarte historias, cantarte, tocarte la piel tan suave que tienes y ver cómo me sonríes cuando estamos juntas.

Pero la casa me pesa mucho.

Ha habido días que el reloj no avanzaba y a mí no me había dado para hacer nada.

Y creo que me vendrá bien volver a la rutina de trabajo.

Al mismo tiempo no quiero dejarte tanto tiempo. Me da respeto el tema de estar toda la mañana sin darte pecho, (con el problema de acumulación que eso supone, veremos qué podemos hacer) y romperte la rutina que teníamos montada.

Papá se quedará contigo hasta enero.

Es una decisión que tomamos hace tiempo. Los dos estaremos tiempo contigo. Y ya te quedaras con la abuela a partir de los 8 meses.

La verdad es que supongo que notaremos el no tener ingresos paternos durante dos meses, pero tendremos  los beneficios de poder empezar los tres juntos la alimentación complementaria y que el cambio de casa no se te haga tan pesado.

Porque sí, esperemos que en breve y antes de que yo vuelva al cole, estemos ya en tu casa.
Tú no recordarás otra.

Está quedando genial. Ahora sí que hemos visto el final. A día de hoy ya estamos terminando de montar los pocos muebles que tendrá nuestro hogar y esperamos que durante esta semana de festivos podamos hacer el traslado.

Esa es otra adaptación de las que se te viene encima.

Nueva casa, mamá al cole, nuevos alimentos y nuevas rutinas.

Octubre viene cargado de novedades y acontecimientos.

Los viviremos intensamente. Eso no me cabe duda.