miércoles, 12 de junio de 2013

Enfermedades. Dos años sin papá.


El otro día una amiga me dijo que tenía que contarme algo. Estaba enferma. Hacía un mes que le habían empezado a hacer pruebas.


Se desplomó en el trabajo. Dejó de sentir las piernas y los pies y cayó.

Brote de esclerosis. Enfermedad incurable. Degenerativa.

Una semana de 5 horas de gotero por día.

Lo que puede llegar a hincharse aún no lo sabe. Si conseguirán ralentizarle la enfermedad tampoco.


Ella me lo contaba tranquila, todo el año machacándose en el gimnasio y en la piscina y ahora la iban a cebar a cortisona. ¡Qué putada!


Hoy hace dos años de la muerte de mi padre. Morir cuando aún te quedan tantas cosas por hacer y tanto cariño por dar debería estar prohibido. Pero no lo está.


Tenemos a nuestro alrededor muchas personas a las que valoramos, queremos y apreciamos. Disfrutemos de ellas.


La vida es tan casual como la muerte. La salud es tan aleatoria como la enfermedad.


Mi amiga es muy guapa, es feliz, tiene amigos y amigas que le quieren. ¿por qué tiene que vivir con todo ello a partir de ahora? Es muy decepcionante pensar que no podemos hacer nada. Pero así es.


Podemos cuidarnos todo lo que queramos y más, vivir la vida más sana que podamos llegar a concebir y tener una plenitud mental que haga que nadie nos pueda derrumbar pero, si por una de aquellas llama a tu puerta el destino y te dice: - Guapo, guapa, te ha tocado. Es lo que hay.


Nadie se escapa de la enfermedad. Te toca vivir lo que te echen, durante el tiempo que sea y como sea.

Mientras lo vivas y puedas sonreír, siéntete afortunado.


Todos vamos a sufrir aunque no queramos. La vida es mucho más complicada a medida que la vives.


Los problemas se intensifican a medida que a tu alrededor todo envejece.


Porque ojala todos envejezcamos. Eso querrá decir que hemos tenido la oportunidad de vivir.
Muchos otros nunca se verán arrugas, ni verán a sus nietos, incluso a sus hijos crecer y sólo quedará de ellos lo que cada una de las personas que les quisieron guarden en su interior.

 

Papá, queda mucho de ti en mí.


Gracias.

 




3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Es verdad Rosa, es un rollo de enfermedad. Digamos que me he preocupado de saber un poco sobre ella desde hace unas semanas…

    Tienes mucha razón, nunca sabemos que va a pasar mañana ni quien ni como llamará a nuestra puerta. A veces lo hacen enfermedades y otras, personas entrañables como ella que ha encontrado en esta enfermedad la excusa perfecta para vivir con más fuerza, para convertirse en ejemplo absoluto de aquellos que la rodeamos, para tomar la vida con más alegría y para sonreír más de lo que ya lo hacía antes si cabe.

    Poco tiene que hacer una enfermedad como esa cuando da con una persona tan “grande”. Hace relativamente poco que la conozco pero se ha hecho un hueco muy grande en mí. Se ha convertido en referente no sólo para mí sino también para aquellos que la están conociendo a través de mí.

    En pocos días cumpliré uno de mis mayores deseos, uniré mi destino al de otro ser entrañable que complementa mi vida sobremanera. Con nosotros lo compartirán familiares y amigos que nos han acompañado en nuestra bonita historia. No puedes llegar a imaginar la importancia que ha adquirido en los últimos tiempos que ella este cerca ese día. Es importante celebrar acontecimientos como el que celebraremos, pero ese día también brindaré por haber aprendido la manera de abrir la puerta a lo que quiera llamarla.

    Al final todo saldrá bien. Si no ha salido bien es que todavía no es el final.

    Que siga la vida…

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    1. seguro que ellas también están encantadas de conocerte. Disfruta mucho de tu día y efectivamente, hay que luchar, seguir y avanzar.

      besos!!

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