Era difícil hacerlo. Todo había empezado muy rápido y yo lo quería terminar así.
Pero mi cabeza no me dejaba.
Una y otra vez volvía a recordarte en aquella habitación.
Sería todo más fácil si se pudiera acabar con un bloqueo en el Facebook o un borrado de usuario en el Twitter o en el Wathsapp.
Pero aún no somos máquinas.
Nuestra cabeza no sabe borrar archivos tan rápido como los coloca en ella.
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