Cuando en un
aperitivo de domingo sale de tema estrella la letra de una canción es que
realmente esas palabras han llegado hondo.
No me gusta imponer
ni dogmatizar el valor o la calidad de una obra musical pero con esto de que el
premio Nobel de literatura haya recaído en un músico ha habido mucha polémica
.
Una persona que
hace que las palabras acompañadas con música sean parte de nuestras vidas, de
la vida de nuestros padres o que lo serán de las generaciones futuras se merece
el mismo respeto o más que aquel que cuenta una historia extensamente.
Porque la
longitud y la extensión no es proporcional a la calidad.
Porque muchas
veces menos es más.
Y porque las
palabras en un contexto musical ondean libres en nuestros sentidos.
Hoy hemos analizado
“Jo mai, mai” de Joan Dausà.
¿Por qué no? ¿Acaso
es tan improbable estar enamorado de un amigo? ¿Es tan improbable quedarte con
la espina de ese amor que dejaste escapar por miedo, por vergüenza o por circunstancias
que ni sabes y te hizo pasar página?
Le ves
asiduamente. Te encanta estar con él. Es tu amigo. Le quieres. Te ríes y te
diviertes a su lado.
Pero estás casada.
Y también le quieres, y también te divierte y lo amas. No lo cambiarías por
nada. Eres feliz.
Pero les amas.
Les quieres a los dos. Te encantaría tener dos vidas. Te encantaría ser la
mujer de los dos. Soñarías con que los días tuvieran dos noches para meterte en
ambas camas. Serías feliz llevando esa doble vida.
Tan diferente y
tan perfecta a la vez.
Porque los dos te
pierden, los dos te enloquecen y los dos irían al fin del mundo contigo.
Pero solo puede
haber un libro de familia a la vez.
Solo existe la
sociedad de ahora, monógama, posesiva y fiel.
Y es así. Y lo
sabes.
Y entonces
escuchas esa canción. Esas pocas palabras que dicen tanto en tan poco. Esa
tensión. Esas miradas cargadas de alcohol y complicidad que hacen que todo
salga a la luz.
Porque hay amores
que nos llevaremos a la tumba con nosotros. Hay deseos que nunca confesaremos
haberlos sentido y hay sentimientos tan encontrados que te hacen feliz y te
duelen a la vez.
La vida son
decisiones que vamos tomando a medida que pasa el tiempo. Son caminos que
tomamos y otros que dejamos vacíos. Son vasos que llenamos y vamos consumiendo.
Porque tienes la
decisión de beber o no hacerlo.
Porque solo con
pensar estas decidiendo tu destino.
Nadie ni nada es
imprescindible. Pero cuando alguien o algo que siempre ha estado ahí desaparece
se nota.
Todos tenemos
nuestro lugar en la vida. En la nuestra, en la de los demás.
Somos nosotros pero también somos el hijo de, la
hermana de, el sobrino de… un sinfín de des que aumentan exponencialmente
cuando de repente desaparecemos.
La incertidumbre es más dura que la pérdida.
Perder transmite
una derrota que nunca podrá ser alcanzada por una mínima esperanza.
Porque es fácil aferrarse
a las mínimas esperanzas.
Luchar por causas
perdidas y dejar pasar el tiempo.
Y te vas
desgastando y todo se va desmoronando. Pero no llega la derrota. La
incertidumbre sigue creciente.
Y te ha tocado. Vas
degradando tu vida. Pierdes el apetito. Pierdes la esperanza.
Pero de repente
un mínimo rumor te la devuelve y vuelves a entrar en bucle.
Muy duro no
encontrar. Muy duro no dejar de buscar nunca. Muy duro gastar tu tiempo
buscando encontrar. Muy duro.
Todo tiene un
lugar en la vida. Todo objeto que llega a nosotros lo hace por algo más o menos
importante.
Cuando se pierde
algo superfluo no le damos importancia. Llegó igual que se fue. Nos sirvió
durante un tiempo y desapareció.
Pero hay objetos
a los que les otorgamos un peso especial.
Hay amuletos que
simbolizan la unión de un conjunto de recuerdos que con solo mirarlos te
devuelven a un instante irrepetible de tu vida.
Como un anillo.
Un anillo que
cayó en el fondo del mar y años después ha sido encontrado por una submarinista
que ha creído en el poder actual de las redes de la sociedad virtual.
El anillo ha
vuelto al dedo de un marido agradecido por poder mirarlo y recordar momentos
que años atrás le hicieron sonreír.
La hija de, la
hermana de, el sobrino de, o el amigo de sigue en la mente de todos los que por
desgracia les ha tocado dejar de vivir un poco de su vida para intentar encontrar
un poco de lo que esperan encontrar de la otra.
Hacía bastantes
años que no iba al Sonorama. Gracias a Andoni y a Rafita por su invitación y preocupación
por hacernos vivir una decimonovena edición llena de momentos únicos para
recordar.
Pensaba que en
Aranda de Duero por la noche refrescaba. Pero quitando la primera noche que sí
que era imprescindible taparse, las noches del festival no necesitaron de
abrigo.
Ir a un festival
de toda la vida es entrar en una micro sociedad en la que siempre somos los
mismos y cada uno tenemos nuestra aportación al sistema.
Difícilmente esto
ocurre en las grandes sociedades creadas al por mayor durante estos últimos
años donde la música ha pasado a un segundo plano y la playa, la adolescencia y
el a ver quién tiene mejor cuerpo de gimnasio ha pasado a ser lo más importante
del festival (aunque aún no para la minoría que creemos en las micro sociedades).
Me alegró que se
reutilizaran los vasos, que los baños mejoraran en su calidad y que el recinto
del festival sea una extensión de toda la fiesta grande que sucede durante el
día en Aranda.
Porque poder
disfrutar de la gastronomía de la zona, de su morcilla y de su lechazo, de la
repostería y de los vinos de una de las denominaciones de origen más conocidas
en la península es uno de los pequeños placeres que suma a la cantidad y
calidad de los grupos y artistas que van pasando por los escenarios del evento.
Terminar de
comer, con un gintonic en mano y escuchar Qué
nos va a pasar pinchada por Pop de
aquí y coreada por toda la plaza, fue uno de los momentos más emocionantes.
Una apuesta
segura de programación es incluir un cabeza de cartel de hoy y siempre al
festival y así tenemos un inicio de
conciertos bomba. Porque, ¿quién no conoce los grandes éxitos de grupos de los
sesenta?
Con un a primera fila
que subía la media de edad, el concierto del Dúo Dinámico como mi primer gran
concierto.
También me quedo
con poder disfrutar de los conciertos con buen vino y platos de jamón cortados
al momento. Eso sí es hacer un uso
especial de todos los sentidos al completo.
Y como cierre de
festival en el recinto (yo soy de irme a
dormir pronto y disfrutar del día y la tarde) Alex Cooper tocando canciones de Los
flechazos.
Rodeada de Mods y
de sus bailes, de gente a la que aprecio que veo poco pero que sigo en el mundo
virtual (Laura y Óscar, veré Buñuel) y de cantar y bailar recordando
los momentos que nos hicieron vivir esas canciones nos damos cuenta que seguimos
viviendo en la era pop. (Aunque muchos quieran que nos pasemos a lo hípster).
Rematamos
comiendo el domingo junto a Donfluor, que pinchaba en la plaza la sal y fue mi
remate de festival y con Manpop.
Rafa venía de pinchar
del festival Medusa Sunbeach de Cullera.
Con ellos nos enteramos de la noticia.
Los supersubmarina
habían tenido un accidente de coche.
Mucha fuerza para
ellos y para la familia.
Llegamos al
festival encontrándonos con un accidente mortal en la A7 a la altura de Sagunto
y nos fuimos de él enterándonos de esta noticia.
No conozco a los
Supersubmarina ni a su música. Pero sé lo que es un accidente. Sé las horas y
los kilómetros que se necesitan para hacer una gira y sé que simplemente se
puede enviar ánimos y fuerza para aquellos que esta vez les ha tocado a ellos
de cerca algo que no deja de ocurrir cada segundo en las carreteras de todo el
mundo.
Décimas,
centésimas y milésimas de segundo. Un instante. Un cerrar de ojos. El azar. El
destino. La impotencia.
Una carretera
vacía. Un paisaje pirenaico. La felicidad de al fin poder coger vacaciones.
Largas horas de
carretera. Las curvas insufribles de los
puertos de montaña. El Tour de Francia a nuestras espaldas y la hinchazón de
unos pies que buscan mojarse en el río.
Aguas
cristalinas. Piedras modeladas. Naturaleza en estado puro.
Una familia
idílica se divierte en el agua.
Dos niños
pequeños mueven sus bracitos recubiertos del plástico hinchado que los mantiene
a flote.
La madre toma el
inexistente sol en la roca más homogénea que ha encontrado.
El padre vigila a
su descendencia y sonríe al ver que aún le quedan 9 días para volver al
trabajo.
Estruendo. Ruido a roto. A chatarra. Un peso pesado ha caído al agua.
Pánico.
Gritos.
Y calma.
¿Vivos? ¿Muertos? Nada.
Un coche ha
reventado en nuestras narices.
Unos niños gritan
al ver que un objeto que debería seguir su camino por el asfalto ha decidido
mojarse justo en el mismo lugar donde ellos estaban aprendiendo a nadar.
Lloros. Una madre
aterrada. Un padre atónito. Tres personas que iban a mojarse los pies se
despojan de su indumentaria.
¿Hola? ¿Podéis
oírnos?
Del maletero del
vehículo accidentado van saliendo letras
del Scrabble, cartas del UNO Y billetes del Monopoly.
Porque todos tenemos gustos simples.
Por fin aparece
una cabeza por el lado izquierdo del coche postrado en estado lateral. Sangre
en la ceja y nervios a flor de piel.
Hay alguien más.
Una chica. Pierna retorcida. Hay que sacarla.
Llamada a la
ambulancia.
Guardia civil.
Bomberos. Médicos. Enfermeras.
Sobramos.
De vuelta a Aínsa
me doy cuenta de que no me apetecía mojarme los pies.
Pero lo hice.
En ese instante.
En el mismo instante
que un chico joven que se trasladaba con su pareja hacia otro punto de la
geografía mundial perdía el control de su vehículo blanco y se precipitaba en
un río de aguas cristalinas en el que unos niños aprendían a nadar junto a unos
padres que hubieran deseado haber estado trabajando en la otra punta del país.
Porque las
casualidades existen y en ese momento tenían que estar tres jóvenes que
decidieron parar a mojarse los pies junto a una familia de revista en un
paisaje pirenaico de vuelta del tour de Francia y de camino a una de sus
paradas anuales.
La cena anual en
el restaurante Callizo de Aínsa.
Lo que no le pase
a Rosa Martí y sus acompañantes.
Afortunadamente
esta vez, no hubo víctimas mortales.
Quantes vegades celebrem un
aniversari, una victòria, un naixement, unes vacances, un aprovat...en fi, dies
assenyalats al calendari.
Malauradament, quantes vegades
ens oblidem de celebrar el que tenim a diari; el que en un principi no ens
resulta excepcional, allò que considerem més bé monotonia.
I és que, quantes i tantes
vegades oblidem valorar tots eixos moments que formen el nostre present i que
poc a poc, construeixen el nostre futur.
Avui, és per a nosaltres una
data assenyalada , 23 d'abril del 2016, que simbolitza la unió d'una historia
que ha florit poc a poc .
Un
dia significatiu , el dia de Sant Jordi. El sant d'un dels protagonistes d'aquesta història, per la qual, avui ens reunim. Celebrem el Dia
del Llibre i la Fira de les Roses, símbols de la cultura i l'amor. Els dos substantius
que per a nosaltres millor us representen, alhora que, també representen la professió
que compartiu, ser mestres. Però, si hem de dir alguna afició que us uneix,
sense cap dubte, és la música; l'art que recerca la bellesa formal i
l'expressió d'emocions... eixe art que ha permès que des de ben petits les
vostres vides es creuaren.
En aquell precís
moment, les dues línies rectes paral·leles de les vostres vides es creuaren per
primera vegada. Dues línies que durant el seu recorregut han tingut moments d’esplendor
i de feblesa, però, que finalment han decidit ser secants per poder compartir
l'amor que ens brinda la vida. Línies, que cada vegada s'apropen més buscant
objectius comuns. Objectius de present i de futur, que amb dedicació i constància
aneu aconseguint. I no sabeu quant ens alegra.
Expressar en
aquestes línies la felicitat que sentim és impossible. Alhora, també sentim
l'enyorança de no tenir amb nosaltres en un dia tan especial al nostre pare,
qui segur estaria molt orgullós de vosaltres. En especial de la seua filla
major, qui demostra dia a dia que amb bondat i amor tot es pot aconseguir.
Rosa Mari, Com
oblidar tot el que ens has ensenyat, has sigut i segueixes sent un dels nostres
referents, una germana a la que admirem en tots els aspectes. Quan tanquem els
ulls, encara podem viatjar a alguns moments de la nostra infància en que ens
adintraves en l'era pop a través d'algunes cançons, o quan ens deixaves
sentir-nos perruqueres professionals experimentant amb la celebrity dels
“Pleasant Dreams”.
Moments
inoblidables en la nostra memòria.
Però avui es un
dia de mirar al futur, i ens agradaria
desitjar-vos un camí ple de felicitat i amor, que conteu amb la sort de cara
per a que els vostres desitjos i esperances siguen certes. Perquè el demà pot
donar-vos la més gran de les alegries però, com ve dèiem, tot comença amb
l'avui.
Aquest dia, és
el començament d'un llarg viatge, que anireu redactant al vostre llibre, i
esperem que aquesta primera pàgina ja comence per ser excepcional. Entre tots,
intentarem fer el possible perquè així siga.
Hace dos semanas
conocí a una persona que ha vivido conmigo la transformación de una nueva etapa
laboral.
-Tienes
a alguien detrás que te cuida y te protege. - Me dijo- Lo estoy viendo en este
mismo instante. Tiene algo especial en el pelo y le gusta vestir bien.
No entendí nada y
me giré. Detrás de mí no había nadie. Pero ella le veía.
Después de
aquello, que me dejó totalmente asombrada vi que las personas que nos dejaron
en este mundo nunca dejarán de acompañarnos en nuestro camino.
Porque yo he
dejado de estar acompañada físicamente de dos personas que me enseñaron, me
formaron, me quisieron y me apoyaron.
Pero sus
enseñanzas, su formación, su amor y su apoyo siguen estando aquí. A mi lado.
Fuimos a la playa
y después de hablar con la melodía de las olas rompiendo sobre las piedras y el
viento alborotando los pelos de locas que se nos estaban poniendo, nos hicimos
un helado y volvimos a casa.
Una avenida
marítima que une pueblo y playa y aloja una pequeña ermita en honor a Santa
María Magdalena.
-Coge
una carta - me dijo – Los espacios
sagrados, sean de la religión que sean, transmiten paz y tranquilidad y en
ellas los pensamientos positivos y de esperanza se amontonan en busca de plena
felicidad.
Nunca había visto
una baraja del tarot en persona. Tampoco soy yo de mucho misticismo, pero
después de las conversaciones de aquella tarde mi instinto me decía que tenía
que elegir uno de aquellos cartoncillos.
-El
carro - Me dijo- Vas a tener que coger
las riendas de un reto importante, algo que te supondrá una carga de
responsabilidad y de iniciativa en frente de un grupo de personas.
No entendía nada.
Sí, sabía que en mi trabajo el equipo directivo del centro decidía terminar sus
13 años de trabajo, sabía que nadie habíamos presentado proyecto para relevar
pero no sabía si era mi momento, mi
destino o mi responsabilidad.
Volvimos a casa
(algunas más desconcertadas que otras) y al llegar al portal sonaron las doce
campanadas de media noche (tener un
campanario pared con pared facilita que sucedan estas cosas).
-Ahora
es el momento, vuelve a coger una carta.
Ya medio de
risas, medio de broma, volví a coger la carta.
El carro.
Fuera lo que
fuera, era para mí.
…
En la vida,
llegan momentos en los que tienes que implicarte. Nada mejora solo. Todos tenemos
la obligación, dentro de nuestras posibilidades, de intentar hacer las cosas lo
mejor posible y de transmitir lo mejor de nosotros mismos a los demás.
Ese día iba a
llegar. Todos lo sabíamos. Pero no sabíamos cuándo.
Si en un colegio
un equipo directivo termina y no hay un proyecto nuevo que continúe el trabajo
que se está haciendo, el inspector o inspectora asignada al centro visita las
instalaciones para tantear e intentar mediar para que de esa visita surja un
nuevo equipo directivo para al menos un año.
Hubo reuniones,
conversaciones y conclusiones de todo tipo. Solo la persona que las vivió todas
sabrá qué resultado sacar de toda esa mañana de tertulia que se realizó en un
aula de pedagogía terapéutica.
Después de un
rato de conversación su pregunta fue clara:
-¿Estas
dispuesta a tirar del carro?
-Estoy
dispuesta a lo que haga falta.
Ya había cogido
el carro.
…
Trabajo y más
trabajo. Horas y más horas. Julio para mí era un mes de vacaciones y en estos
momentos se está convirtiendo en un mes de cambios, aprendizajes, ideas,
problemas y consensos.
Porque ya hemos
cogido el carro. Ya somos un equipo con ganas de trabajar y de transmitir que
todo se puede conseguir con ganas y buena voluntad.
Porque si para
algo sirve un equipo directivo en un colegio es para conseguir trabajar
conjuntamente toda la comunidad escolar por algo que, para todos los que la
formamos, es lo más importante: Los niños y niñas que se levantan cada día con
la ilusión de aprender, de descubrir y de pasar su valioso tiempo con cada uno
de sus maestros, maestras compañeros y compañeras.
Y ese es el único
fin de todo esto.
…
Último día de
junio. Último claustro. Me despierto algo
rara. Había dormido fatal. La tarde anterior, nos pasamos unas cuantas horas
preparando todas las coordinaciones, y puestos que podíamos ir presuponiendo
que íbamos a necesitar en septiembre para ponernos a trabajar en verano e ir
adelantando trabajo. Las cosas no cuadran a la primera y una suposición propia
no tiene porqué ser una suposición acertada. Pero pensando en lo mejor para todos,
las cosas surgen.
Mientras me
arreglo, surge una conversación algo extraña.
-¿Qué
día falleció tu padre?- No sabía a qué venía esa pregunta de Jorge -.
- El 12 de junio de hace cinco años ¿por?
-Acabo
de ver que tu hermana ha compartido el video que le hicieron los compañeros de
trabajo a tu padre en homenaje hace cinco años.
-Sí,
no tengo ni idea por qué lo ha compartido hoy pero lo acabo de ver tumbada en
la cama. Les quedó muy emotivo.
-
Los claustros
tienen diferentes puntos del día, el primero, la lectura del acta anterior, se
suele aprobar por unanimidad.
Había que hablar
de la PGA, de los diferentes planes del centro y de la memoria y autoevaluación
de nuestra práctica docente.
Empezamos el
momento emotivo.
La actual
directora sacaba un papel de entre las hojas de su libreta y leía.
No soy de
emocionarme pero cuando escucho a alguien hablar con el corazón lo noto y me
llega.
Se crea un
ambiente de comprensión, agradecimiento y respeto que con pocas cosas más que
con palabras sinceras se puede llegar a conseguir.
De repente los
pelillos de los brazos se me empezaron a erizar. Empecé a temblar.
“Bon vent i barca
nova”
No podía ser. Esas
palabras. Ese mensaje.
Estaba escuchando
a mi padre.
Estaba escuchando
el final de cada uno de sus discursos.
Estaba escuchando
la despedida del vídeo de sus compañeros que esta mañana me había impregnado de
su fuerza.
Las casualidades
existen pero la suma de muchas de ellas hace que sucedan momentos tan mágicos
como los que viví segundos antes de empezar mi nueva etapa como directora del
colegio en el que he vivido los dos últimos años de mi vida.
Porque creo que
he aprendido a escuchar a mi interior. Creo que las coincidencias buenas y
malas siempre suceden por algo y de verdad creo que mis dos pilares, mis dos
pes, mis dos perlas. Pedro y papá. Pedro y Paco. Don Paco. Siempre estarán ahí.
Gracias por darme
fuerzas. Espero haber tomado la decisión correcta.
Os quiero.
Y sí, señora
directora (como se cachondean mis amigos y amigas) pero siempre Rosa Martí.
Llegará de golpe. No
tengas miedo. Disfruta del momento.
Visualízalo.
Es tuyo. Lo conseguiste.
Vive.
Pero no dejes de luchar.
Enhorabuena Violeta.
Después de dos años de preinscripciones, de repetir selectivos, de nervios, de
listas de espera, de pruebas en universidades privadas en las que sabías que no
querías entrar pero que pensabas que era tu única esperanza, de decepciones, de
lágrimas.
Lo conseguiste.
Es tuya.
Una plaza en medicina.
Tú y yo sabemos todo lo
que significa esa admisión. Ni en Reus, ni en Lleida. En Castellón.
En la UJI.
Muchas veces la vida nos
pone a prueba para determinar el grado de implicación que tenemos para aquello
que anhelamos.
La vida se ha dado
cuenta. Le ha costado. Se hubiera podido dar cuenta antes, es verdad.
Pero todo
ocurre por algo. Y este es tu momento.
Con una formación de dos
años de enfermera. Con un expediente brillante y con una madurez que supera dos
años la mayoría de edad, te deseo lo mejor en tu nueva etapa.
Papá estaría muy
orgulloso de ti.
Se avecinan tiempos de
cambios y este, solo ha sido el primero.
Me he casado. Sí,
con Jorge. Quién lo hubiera dicho cuando íbamos a tocar a bodas con nuestro
cuarteto o cuando nos llamaban para tocar en misas… La verdad es que me alegro
de que lo conocieras aunque solo fuera siendo un niño. Te hubiera encantado la
que montamos.
Creo que todas
las emociones vividas y sentidas durante el 23 de abril perdurarán en nuestra
memoria durante mucho tiempo.
Todas tus flores
estaban emocionadas. Les hice un poco padecer porque no les conté nada de cómo
iba a ser ni el vestido, ni la ceremonia ni la fiesta ni nada. Todo sorpresa.
Pero creo que si les preguntamos ahora, después de haber vivido todo nuestro
enlace, me aprobarían con buena nota.
Violeta sigue
estudiando enfermería. Aún no ha podido encontrar la manera de empezar
medicina. Es buena en lo suyo y pese que tiene muy claro que quiere seguir
intentando entrar, será una buena profesional sanitaria. Eso seguro.
Marga ya ha hecho
prácticas en el colegio. La primera vez que te enfrentas a un aula no es fácil.
Los dos lo sabemos. En la carrera no te enseñan los problemas y conflictos
reales del día a día de los colegios. Pero te das cuenta si es lo que quieres
hacer durante el resto de tu vida laboral o no.
Iris termina
tercero de Eso. Aún seguimos impregnando tu instituto. Cuantas horas dedicadas
a esas cuatro paredes ¿eh? No debe ser fácil dirigir un centro educativo.
Aunque siempre he creído que las buenas personas transmiten bien. Hay que
lidiar con muchos problemas, muchos egos y muchos egoísmos pero si tú estuviste
tanto tiempo en el cargo estoy segura de que también será porque te retornará
las cosas buenas que se intentan conseguir con empeño, trabajo y mediación.
Mucha mediación.
A veces me paro a
pensar cuantas conversaciones nos quedaron pendientes… de trabajo, de la vida,
de la familia…
Hay tantas
decisiones, tantas dudas, tantos recuerdos que se quedaron sin conversar…
Me encantaría
volverme a tomar aquella última horchata contigo. Porque… como tú bien me dijiste
hace cinco años y un día, muchas veces nos restringimos pequeños placeres que
al fin y al cabo son los que nos hacen ser felices en la vida.
Te echo de menos
papá.
Un abrazo muy
fuerte de esos que tendríamos que haber realizado más.
Supongo que a ellas (hermanas de la novia) también les habrá pasado. El
síndrome del folio en blanco. No saber qué escribir. Borrar una frase tantas
veces que le acabamos teniendo miedo, por si ya nunca más aparece otra que la
sustituya. Pero, es curioso, cuando te empiezas a enfadar con tu propia
inspiración es cuando ella te da la mano. Es algo mágico. Hace sólo un segundo,
todo lo que ahora fluye parecía imposible.
Tan imposible como no recordar. Porque reconozcámoslo:
la memoria es algo que siempre nos acompaña. A veces, como una bonita melodía.
Otras, como el trueno que precede a la lluvia. Cada uno elige qué versión es la
que prefiere para sus recuerdos. Pero aunque todos tengamos a una persona
ausente hoy, creedme, yo prefiero quedarme con un pasado repleto de música y no
con un pasado repleto de llanto. Cualquier otra opción, en este momento, sería
imposible.
Insisto. Es imposible no recordar. No recordar
gestos, miradas, sonrisas. Historias. Y aquí estáis Jorge, Rosa. Rodeados de
gente que os quiere. Rodeados de millones de recuerdos que afloran.
Es imposible mirarte, Rosa, y no pensar en algo muy
especial: que puedo considerarte una amiga. Es imposible olvidar aquellas
primeras discusiones de sobremesa que yo ya sabía que iba a perder. Esos
aperitivos. Esas conversaciones. Esos consejos tan duros como acertados que
siempre me diste.
En fin, por qué no decirlo, era imposible imaginar
que acabarías siendo tan especial en nuestras vidas cuando sólo eras una
pequeñaja con un violín lleno de sueños.
Ese violín sigue sonando. Esta vez, acompañado.
Rebosantes los dos de ilusiones. Una obra maestra. Si alguien se enfrentó con
dudas a la partitura, aquí tiene la respuesta: no era imposible.
En cuanto a ti, Jorge…
Os confesaré algo a todos. Este chico es tan
especial que ha sido capaz de dejarme mudo. No saber qué decir, qué recordar…
El síndrome del folio en blanco del que os hablaba, apareciendo ante los ojos
asustados de alguien que se gana la vida escribiendo. Es así y no me importa
admitirlo. Lo nunca visto. Lo imposible. Pero al final los sentimientos que
emergen del cariño le ganan siempre la batalla a los que van de la mano de la
rutina.
Y por eso, encuentro un hueco para los recuerdos.
Imposible olvidar a ese niño travieso al que un día tuve que encerrar con llave
en un armario. Imposible olvidar esos viajes, modestos al principio, pero que
con el tiempo se han convertido en algo que nos distingue. Imposible olvidar
esos domingos de mayo, tan mágicos, que tanto nos unieron. Imposible olvidar
esas comidas de primos con guitarra y calçot, esos domingos familiares de
verano con mucho vino y poco silencio. Imposible olvidar tantas cosas…
¿Sabes qué? Estoy feliz. Por ti, por Rosa, por todos
los que estáis aquí. Papis, hoy también es vuestro día. Bailad, cantad,
emocionaos… Os lo merecéis. Y si acecha un mal pensamiento, recordad: sólo hay
un arma más poderosa que una sonrisa… otra sonrisa.
Y ese último consejo vale para todos. Sobre todo
para vosotros dos. No perdáis nunca esa alegría que nos contagia ni esa locura
que nos fascina. Os hace únicos.
Cuenta la leyenda que un
apuesto joven salvó a una bella princesa de ser devorada por un dragón que
tenía aterrorizada a toda la población.
No existen dragones que
derramen sangre convertida en rosas rojas al ser vencidos.
Lo que de verdad existe es
gente enamorada que se preocupa por darte lo mejor de si misma.
Parejas que vencen
distancias, problemas, preocupaciones y prejuicios.
Porque el amor lo puede
todo. Acortar kilómetros, parar el tiempo, cegar, eclipsar, hacer que cualquier
tontería suene y sea perfecta e incluso, sacarnos una sonrisa en los días que
solo apetecería llorar.
Yo no quería casarme.
Bueno, casarme sí. Pero no hacer fiesta. Y ya me veis. Un bodorrio en toda
regla.
Gràcies Jorge, per
haver-me conveçut.
3 meses para organizar una
boda. Imposible, me decían las dependientas de las tiendas de vestidos. Una
locura, me decía la gente a la que íbamos invitando.
Pero aquí estamos. Vestidos
con trajes a medida, auto gestionando una ceremonia y con toda una noche por
delante para pasarla con vosotros.
Elegir, descartar, buscar
la mejor opción. Hacer números. Volver a elegir, volver a pensar. Imaginar.
Crear desde cero.
Volverme loca comprando
por internet. Decorar. Pensar en nosotros. Pensar en vosotros, pensar en los
demás.
Me ha encantado el
proceso. Ir juntos Jorge y yo a comprar el vestido. No encontrar nada que me
gustara y decidir crearlo desde cero. Recorrer 45 tiendas de zapatos en Madrid
en un día y acabar comprándolos a una diseñadora
japonesa afincada en Elda.
Tampoco se queda corto el
labial. Sabía que tenía que ser rojo pero... qué rojo? Después de empaparme de
video tutoriales en youtube, de
comprarme toda la gama completa del color de la pasión, y de escuchar mil y una
historias sobre la transferibilidad de los productos, como podéis ver lo encontré.
Los pendientes los compré
anteayer. Muy típico en mi eso de dejar cosas para última hora.
Este texto lo escribí
anoche.
Preparar vuestro regalo.
Ir disfrutando juntos Jorge y yo de cada minuto del proceso.
Crear nuestra canción.
La canción que define
nuestra vida. Cualquier día puede ser un día especial.
Una vida que ha juntado a dos personas que se conocían de hace
muchísimos años. Que ha decidido dar un giro de 360 grados a la amistad para
convertirlo en amor y que ha conseguido que dos compañeros de conservatorio que
tomaron caminos diferentes en la vida se vuelvan a mirar con diferentes ojos.
Porque así pasó. De
repente nos miramos con diferentes ojos.
Todo, lo bueno y lo malo,
sucede de repente. Las ideas llegan de repente, la amistad aparece cuando menos
te lo esperas, las canciones, surgen de camino al colegio ¿veritat Jorge?
Incluso la muerte, aparece sin avisar y te toca.
Y te toca de muy cerca. Y
varias veces. Y no entiendes nada y no quieres hundirte.
Pero sucede. De repente. Y
nadie puede cambiar la historia. Nadie puede borrar lo malo que nos pasa. Y
nadie debería nunca poder hacerlo.
Todo lo que hemos vivido,
todo lo que nos ha pasado es lo que nos ha hecho ser hoy como somos.
Soy feliz. Estoy feliz.
Encontrar una persona que
sé que me quiere, que me respeta, que me aguanta. Que ve virtudes donde otros
verían defectos, que entiende la vida de la misma manera, que se ríe.
Que inventa, que crea, que
a su lado incluso los días malos tienen luz. Que hace un sushi de muerte y que
al mismo tiempo puedes estar tres meses a dieta que siempre le dará un toque de
chef a la montaña verde.
Que me escucha, que me
termina las frases que suelo dejar a medias, que intenta ver una peli pero se
duerme al minuto cinco y luego quiere que se la cuente entera.
Que me oculta trucos de
magia pero al mismo tiempo me pide que le de opinión artística y sobretodo que
divaga conmigo.
Porque si fuera por
nosotros no habría fracaso escolar. Las
horas de disertación educativa podrían valer como tesis doctorales.
La música, nos hizo
conocernos, nos hizo ser amigos y nos hizo ser quien somos.
Porque Jorge es especial.
Yo no podía casarme con una persona normal. Nadie acabaría poniéndose unos
zapatos medio rojos por mí el día de su
boda.
La vida es demasiado
bonita para no disfrutarla con un grado de locura.
Jorge y yo la tenemos.
Tenemos la locura de
querernos, de pese a ser un cabezón y torcerse cuando algo que tenía planeado no
ocurre como debiera, aprende día a día a relativizarlo todo.
Perque vida Jorge, soles en tenim una i jo he decidit
compartir-la amb tu.