martes, 12 de junio de 2018

7 años sin Paco Martí


¡Hola papá! ¿O debería decir padre de madre?

Hace justo un año no tenía ni en mente hacerte abuelo. Bueno sinceramente ya sabes que es algo que nunca he querido desesperadamente.

Jorge sí que tenía el instinto paternal más a flor de piel y ya sabes que el verano es muy traicionero… Que te voy  a decir a ti que dos de tus cuatro hijas hemos nacido entre abril y mayo…

Abril. Tu nieta. Un cambio de vida a nivel propio, de pareja, de costumbres y de trabajo.

Una personita que necesita que la protejan, que la cuiden, que la alimenten, que la aseen y que en definitiva la ayudemos a crecer.

Tú tienes experiencia en esto pero para mí, ha sido un cambio de vida grande.

Me he criado viéndoos criar niñas. Es verdad.  Ocho, diez y quince años de diferencia entre hermanas me hicieron triplicar los recuerdos de crecimiento de Marga, violeta e Iris y sinceramente, decidir que yo no tendría hijos o por lo menos, no tantos como vosotros.

Ahora, con el paso del tiempo y con todo lo que nos ha pasado, puede que haya cambiado de opinión y pueda afirmar que tener hermanos es un regalo que solo te pueden dar tus padres.

Porque siempre estamos ahí, aunque nos veamos más, menos, aunque discutamos, aunque les haga una reflexión de “padre” o nos digamos verdades que no nos gusta oír… Aun así, siempre acabamos pensando las unas con las otras y saliendo adelante.

Porque la vida sin ti no es nada fácil. Muchas veces falta ese apoyo que para una adolescente o postadolescente es imprescindible escuchar. Alguien que esté pendiente de ti. Que te lleve el vaso de leche a la cama. Que se espere despierto cuando llegas por la noche. Que sepa cuando tienes esa prueba que tanto te preocupa o que te aconseje sobre qué camino tomar.

Y eso ya no está. Y se nota.

Tus lágrimas al despedirte cuando ya ni las palabras podían surgir de tus labios me transmitieron tantas cosas que siete años después aun siento la energía de hacer caso omiso de las situaciones desfavorables que es están desencadenando y de esperanza de saber que tus cuatro hijas seguiremos adelante pase lo que pase.

No quería contarte cosas tristes porque solo son una pequeña porción de tiempo en nuestro día a día pero se debe reconocer todo para valorar lo positivo.

Volviendo a Abril, es una lástima que no le puedas contar tu historia de cuando te caíste en una balsa, o los cuentos de la calavera Coki o las aventuras de un hueso de aceituna en alta mar o cualquier otro de los cuentos que me contabas cada noche y que incluso de tocaba duplicar o triplicar.

Aún es pequeñita, tiene un mes. Pero el tiempo pasa volando y dentro de nada me la imagino cotilleando todos tus vinilos y cds de la estantería - museo que hicimos con tus colecciones.

En breve nos mudamos de casa. Sabes que aquí hay muchos recuerdos juntos que, aunque en su día sucumbieras a alquilar la casa, en estas paredes siempre quedará la esencia Martí por mucho que se hagan obras inexplicables que duren más que la creación de la sagrada familia.

Porque cualquiera de las hermanas podrá volver a utilizarla como primera vivienda de emancipación y seguir cuidando a San José igual que lo hemos hecho durante todos estos años.

Nos vamos a una casa moderna, terminada a nuestro gusto y muy cerquita del trabajo. Las obras van lentas y puede que aún pasemos el verano aquí, pero después de un bache albañil todo se ha vuelto a encauzar y parece ser que todo ha vuelto a coger ritmo.

El trabajo bien. Este año está siendo un poco extraño. Durante el tercer trimestre no he estado yendo a trabajar y la verdad, echo en falta esa rutina.

Tampoco sé si las palabras son echar en falta. Me gusta ir a trabajar. En el aula y en el despacho cada día es una aventura y, aunque normalmente en el segundo espacio muchas veces lo que te encuentras son problemas que deben ser solucionados, me gustan mucho más los papeles que las lavadoras, las mediaciones que los programas matinales de la tele y el estrés de tener mil cosas que hacer de hoy para ayer que la tranquilidad de estar en casa preocupada de las necesidades básicas de Abril.

Con esto no quiero decir que no me apetezca estar con ella. Es una bolita preciosa que huele genial, que me pasaría (y lo hago) horas y horas mirándola mientras duerme, mama, ríe o llora. Que crece muy rápido y que ha creado un vínculo conmigo que no se puede explicar con palabras.

Pero lo quiero todo.

Y para ello hay que empezar a gestionarse. Nueva organización, prioridades y decisiones para buscar un equilibrio que me haga sentir plena en todos los aspectos de mi vida.

Y es que las hormonas que segregamos las mujeres al dar a luz nos alejan tanto de los hombres…

Creo en la igualdad, pero no en una igualdad física (se ve claramente que hombre y mujer somos diferentes a nivel físico), sino en una igualdad de responsabilidades, de potenciales, de crianza incluso, pero mi consciencia de ser ya no volverá a ser la misma.

Por mucho que me empeñe por querer volver a mi vida anterior y compaginarla con la actual, la oxitocina, la prolactina y sobretodo el apego que se ha creado entre el nuevo ser que se ha gestado de dos células diminutas en mi vientre, que ahora respira, come, llora y crece, me condiciona en toda mi vida actual.

Y los padres querréis igual o más a vuestros hijos o hijas, os desviviréis por ellos, les protegeréis siempre pero, y todo bajo mi humilde opinión, nunca tendréis el nivel hormonal o incuso atómico  o subatómico, me atrevería a decir, que tiene una madre con su bebé.

 El año que viene, cuando te vuelva a escribir, habrá habido tantas anécdotas, momentos, cambios y situaciones nuevas que me da hasta nerviosismo pensarlo.

Te fuiste demasiado pronto de este mundo.

Aún te quedaban demasiadas emociones por vivir.

Déjame al menos contártelas en cartas cada año.

Siempre serás y estarás en nuestras vidas.

Porque pese a toda mi reflexión de madre hormonada que acabo de hacer, has sido mi influencia, mi consejero, mi referente y mi PADRE con mayúsculas.

Y no, no me pariste.


Pero me hiciste.


Besos papá.


Rosa Mari


lunes, 11 de junio de 2018

Abril en mayo del 2018. Primer mes.


31 días de diferencia entre verte y no verte.

Un mes de distancia entre ser dos y tres.

4 semanas de cambios en las que estamos intentados acoplarnos a este nuevo hábitat tuyo y nuestro diferente al que teníamos 744 horas atrás.

Y es que estos 44.640 minutos que hemos vivido juntas me han pasado con una fugaz lentitud de contrastes y altibajos que se me hacen difíciles de explicar con palabras.

Con 3,14kg viniste al mundo y ya pesas 4,14kg.

En 6 días te cayó el cordón umbilical.

15 días después de tu nacimiento mamá cumplió 32 años.

Conoces ya la mayoría de gente que vivirá tu crecimiento y empiezas a diferenciar las caras de los que estamos contigo más tiempo.

Te empanas como mamá mirando contrastes de luz y colores llamativos.

Sueñas con leche. Te encanta abrazar el pecho con tus manitas mientras mamas y ya conocemos tus gestos para comunicar tus necesidades básicas.

Tengo hambre. Quiero eructar. Tengo el pañal sucio. Me siento sola en la minicuna. Estoy cansada y quiero dormir pero he tenido demasiadas emociones nuevas y no lo consigo.

El llanto, los gestos… son diferentes para cada momento.

Nos hemos dado cuenta que es muy importante estar tranquilos, vivir los momentos  con paz, escucharnos y aceptarnos.

Comes muy rápido. No pierdes el tiempo. En 10 minutos de intensa succión te quedas tan satisfecha y a gusto que es imposible no quedarse mirando tu cara de felicidad con los ojos entreabiertos haciendo chiribitas y la sonrisa que te aparece entre movimientos ficticios de succión de un pezón imaginario que te acompaña en sueños en todos tus momentos de relax.

Duermes genial. Creo que mamá duerme incluso más que antes.

No tenemos con quién comparar pero este primer mes nos has puesto las cosas muy fáciles.

Cuando te duermes sobre las 22h, papá y mamá se van a la habitación contigo y aprovechan para acostarse pronto.

Duermes en tu mini cuna hasta las 12-1 de la mañana y reclamas tu primera toma de la noche. Mamas rápido y, después de un eructo que sale enseguida y un poco de contacto con mami, te dejamos con suavidad en la mini cuna de nuevo y sigues durmiendo.

Así seguimos con la toma de las 3 y despertamos con la toma de las 6. Esta última la hacemos ya con el canto de los pájaros y el amanecer del nuevo día.

Papá muchas veces ya ha dormido sus horas y como normalmente ya te cuesta un poco más volverte a dormir, te pasea paseo arriba y abajo hasta que vuelves a caer rendida y aguantas hasta las 9-10 de la mañana que ya, depende de cómo haya ido la noche mamá te da alimento y se levanta o duerme un rato más contigo.

Esperamos que este segundo mes que empezamos vayamos creciendo juntos los tres. Papá tendrá que ir  a trabajar pero tenemos la suerte de que solo serán unos días y empalmaremos con las vacaciones de verano y podremos estar juntos los tres hasta tus 4 meses.

No te puedes quejar de las comidas que nos prepara, de lo bien que te ducha, de lo rápido que ha aprendido a cambiar pañales y sobre todo de las canciones que preparamos en directo.

Porque tener un maestro de música en casa es tener un cancionero muy amplio para elegir.

Porque tener la suerte de ser una triada perfecta durante tanto tiempo es la mejor casualidad de que quisieras empezar a ser a finales del verano pasado sin esperarte demasiado.

Seguimos descubriendo y creciendo.

Te queremos.