Hilos, tiras,
cuerdas que mediante un cruce sobre si mismos crean una nueva forma que sirve
para adornar, decorar o unir.
Personas, animales
o cosas que por circunstancias buscadas o aleatorias terminan compartiendo
espacio y tiempo.
Porque todo fluye
y cambia. Todo mejora o empeora pero nada queda igual.
Nadie ni nada es
igual que ayer ni parecido a mañana.
Porque el tiempo
pasado fue diferente y el futuro es incierto.
Lazos que se
crean y lazos que se deshacen.
Lazos que se
aflojan y lazos que se consolidan.
Lazos, lazos y
más lazos que va creando el vivir de cada día.
No siempre ocurre
lo que queremos.
No siempre
conseguimos mantener los lazos que otros factores aflojan.
Pero influimos.
Influimos en
nuestros actos, en nuestras decisiones y en cada palabra y paso que decimos o
damos.
Somos nosotros y
nuestras circunstancias de hoy.
Seremos nosotros
y nuestras circunstancias de mañana.
Pero nunca
dejaremos los lazos.
Los cruces de
cuerda rasposa, los cruces de raso brillante o los cruces del lazo hecho con un
simple hilo de coser.
Relaciones que
desaparecieron, que perdurarán, que aparecerán de repente o que se esfumarán.
Tenemos que vivir
con eso.
Con lo que somos
por lo que fuimos y seremos.
Por buscar la
felicidad en nosotros y regalarla a los demás.
Por intentar ser
el mejor lazo para la mayor cantidad de personas posibles.
Se puede
transmitir la felicidad. Se puede transmitir la paz y se puede transmitir la
fuerza y la lucha.
Porque no me
gusta rendirme y no quiero gente a mi lado que se rinda.
Porque todos
tenemos lazos de sobra para compartir.
No perdamos nunca
la oportunidad.
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