Los corticoides no dan tregua.
Abril come con ansia, sin descanso y con la sensación de no tener nunca suficiente.
Los fines de semana, sin el oasis del cole, todo se acentúa y cuesta mucho más controlarle la necesidad de ingesta.
El miércoles empezarán a bajar la dosis y poco a poco le bajará esa hambre animal y primitiva que le hace despertar a las 5 de la mañana y comerse dos hamburguesas. (entre otras anécdotas varias de alimentos y horarios).
Mañana tengo visita con el ginecólogo a ver cómo va el proceso de parto.
Llegadas las 40 semanas ya puede venir al mundo nuestra nueva revolución.
Porras entre el personal sanitario y pocas sensaciones de comienzo.
Mañana preguntaré por las opciones de plan de parto y ver cómo quiero en un principio afrontarlo.
Me siento capaz de todo.
Con Abril estaba mucho menos ágil y el expulsivo fue muy duro.
Este lo visualizo mucho más llevadero pero es verdad que para dentro de unos días.
Hoy quimio intramuscular al culete y siesta reparadora de noches toledanas.
A veces, cosas tan simples como que te regalen un globo-guante o que no perdamos la costumbre de la paella del domingo hace que la cuenta atrás para una nueva semana intensa y transformadora la afrontemos con la mirada puesta en nuestros vientres.
Cada una con lo suyo, eso sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario