Una quimio preventiva, una punción lumbar (hoy toca la segunda) una subida de riesgo en el tratamiento, una quimio vía gotero, otra intramuscular y sobre todo dosis diarias de corticoides que dan mucha hambre y cambios de humor fuertes.
Hemos superado un resfriado común y nos ha quitado el aislamiento.
Ya podemos ir al cole.
¡Bendito cole!
El mejor momento del día para Abril. Juegos, actividades y salir de una habitación que aún siendo grande le falta la magia de la pequeña compañía de niños y niñas que aunque inmunodeprimidos, se conocen a distancia y con mascarilla en grupos de dos o tres.
Días de estreñimiento, de malestar, de lágrimas y fines de semana que pasan lentos.
Días de risas, misiones, sonrisas, emociones y descubrimientos de otras familias (a un radio de 15km de nuestra casa) que están viviendo el camino como nosotros.
Visitas de psicólogos, asociaciones, llamadas de asistentes sociales, y cientos de mensajes y llamadas de energía positiva y ayuda incondicional.
15 días de dos años.
38 semanas de embarazo.
Un diario de leucocitos, neutrófilos, hemoglobina y plaquetas.
Linfoblastos que tienen que desaparecer.
Transfusiones y temperaturas.
Pesos, tensiones y oxígeno en sangre.
Nuevas rutinas, nuevo vocabulario, nuevo ritmo.
Pero nosotros los de siempre.
#RoJoypunto.
Un punto que vino en forma de #pequeñabombón a enseñarnos que nos podemos adaptar a todo. (Y más).
Que se puede sonreír pese a estar químicamente modificada por sangre.
Y que, con trucos mágicos todo sale mejor.
Como diría Abril:
Y Chis pum tracatrac.
¿A ver que hay para desayunar?
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