lunes, 27 de agosto de 2012

La vida

La vida es puro azar.

Una simple coincidencia de hechos y actuaciones puede cambiar el rumbo de tu existencia para siempre.

No lo pensamos. Nos volveríamos locos. Pero todas nuestras acciones de cada día, de cada hora, minuto o segundo, formarán el futuro de nosotros mismos.

Por lo que hacemos. Por lo que no hicimos.

Anhelar no tiene sentido. Actuar en esa dirección es lo que cuenta. Nada cae del cielo.

Se puede tener suerte pero hay que buscarla.

La predisposición de una persona hacia lo que le gustaría alcanzar, ser o tener, es la mejor papeleta que se puede adquirir para que te toque la varita de la suerte.

Nosotros elegimos, estar con alguien o conocerle.

Las personas, al igual que los años, van pasando. Nos acompañan a lo largo de nuestras vidas. Siempre estaremos rodeados de gente.

Puedes conocer a alguien de siempre y no llegar a conocerle nunca.

Muchas veces, nos gustaría que una persona estuviera mucho más tiempo acompañándonos del que en realidad estuvo.

El anhelo mutuo es más complicado de lo que parece. Hay que unir la persona o hecho adecuado, con el lugar y el tiempo exacto para que ese sentimiento, acción, o relación surja.

Todo lo que vivas, todo lo que sientas, todo lo que conozcas, todo lo que disfrutes y todo lo que transmitas aportarán un poco más a tu vida.

Sin arriesgar no se gana.

Sin actuar no se empieza.

Sin vivir mueres en vida.




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