Terminamos el tercer bloque de quimio de la inducción B.
Se dieron los valores para empezar de nuevo pero encontraron las transaminasas en sangre muy altas.
Ecografía de abdomen y resultado: inflamación del hígado (hepatitis) por la ingesta de todos los antibióticos preventivos para los hongos e infecciones.
Hay que parar de medicar.
Podemos seguir con la quimio pero no con tanta medicación extra.
Abril ha pasado de los supositorios de febrectal a los cócteles molotov de la oncología sin pasar si quiera por el ibuprofeno o cualquier otro jarabe infantil.
Y su cuerpo ha dicho basta.
El organismo nos deja claro que todo tiene unos efectos secundarios.
Y aunque no es grabe, bajar la ingesta ayudará a bajar las transaminasas y la inflamación.
Pero tendremos que tener mucho cuidado de no enfermar.
El apetito ha desaparecido por completo.
La leche y el pan es lo que la mantiene nutrida.
Las dosis de quimio son muy altas y las defensas siguen bajo mínimos.
Mientras tanto a papá y mamá nos han vacunado con astrazeneca.
Fiebre, escalofríos, malestar y sensación de despojo durante 48h.
Hacía mucho tiempo que no nos sentíamos tan mal y nunca nos había pasado a los dos a la vez.
Todo sea por la inmunidad de rebaño y por parar la propagación del virus.
Si todo va bien pasaremos la semana santa terminando el bloque cuarto y con ello la inducción B del camino.
No sabemos qué viene después.
Hemos soñado que volvías al riesgo medio y no tenías que pasar por todas las inducciones y reinducciones del riesgo alto.
Lo importante es seguir como hasta ahora.
Sin ingresos, sin hongos, sin infecciones.
Con esa vitalidad y ganas de aprender y exprimir la vida que te caracteriza y nos hace tan felices.
¡Seguimos adelante!
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