Tres días más de
la semana de espera. Cumpleaños de tu abuela paterna y del jefe de estudios
compañero de mamá.
Noche de la primera
semifinal de Eurovisión. 8 de mayo.
Yo con las
piernas tan hinchadas que decidir dar un paseo hasta la playa para recoger los
kebabs (los mejores que probarás nunca) se me hacía cuesta arriba aun sabiendo
que podría volver en el coche de tu tía Nereida que ya estaba haciendo cola
para la cena.
Cachondeo en casa
con video incluido para ver si te animabas a salir pronto, críticas a las
actuaciones de los países, cansancio generalizado entre los caris.
Pronto, pronto a
la cama.
Ya sabes que papá
es un animal diurno y, cuando cae la noche, mejor que lo dejemos descansar.
Yo estaba un poco
inquieta porque sabía que ya te quedaban pocos días dentro de mí. Notaba
sensaciones diferentes. La tripa se me endurecías bastantes más veces aunque
sin mucho dolor.
Al mismo tiempo
estaba cansada. Llevar 13 kilos encima, una retención de líquidos de caballo y
haberte zampado un kebab completo te deja K.O sin quererlo.
Sobre las 12 de
la noche y ya casi entrando en el sueño profundo noto como la sensación de
orinarme encima. No mucho. Solo un escape.
Voy al baño. Papá
está profundamente dormido y no lo quiero despertar.
Pues no, los
ejercicios de Kejel funcionan y no me he hecho pis. Huele a agua destilada, a
antiséptico, a limpio.
Pero no sale más.
Un poco rallada
me vuelvo a acostar en la cama. Me siento bien y ya nos dijeron en la
preparación al parto que había tiempo de sobra aunque rompiéramos aguas o fisuráramos la bolsa para tomarnos las cosas con calma.
Me duermo pero
sin darme cuenta empiezan las contracciones. No tengo muy claro si son las que
debo tener o no pero me sale automático el tema de respirar de nariz.
Jorge se despierta
de oírme respirar tan rápido.
2-3 minutos de
descanso.
Las 4 de la
mañana.
Nos duchamos. Sin
saber si se había roto la bolsa pero con contracciones cada tan poco tiempo,
decidimos irnos al hospital.
Las 6 de la
mañana.
Entramos. Me
toman la temperatura. Correcta. La tensión. Un poco más alta de lo normal. Pero
correcta.
La matrona de
guardia me hace un tacto. Estoy dilatada de 2cm. Me quedo. Me hace la prueba
para ver si he roto aguas o no. No lo tiene claro. El color sale muy
debilitado.
Llama a mi
ginecólogo para decirle que habíamos empezado el proceso. Se alegra de no tener
que llegar a inducir.
Me ponen una vía
y me asignan una habitación. Termina su turno.
Yo sentada en la
pelota de pilates espero a la nueva matrona a ver si con el vaivén y el
balanceo voy dilatando.
Al llegar, nos
dice que somos dos las que estamos de parto y que prefiere bajarnos a la sala
de dilatación para tenernos más controladas.
Yo estoy como si
nada. Monotorizada con tus pulsaciones y el nivel de las contracciones van
pasando las horas.
Empezamos con la
oxitocina al 6. Había oído que si te la inyectaban las contracciones se hacían
muy dolorosas y era muy duro soportarlo pero de momento no siento nada.
Jorge no para de
hacer fotos y videos. Estamos bastante aburridos.
La matrona entra
de vez en cuando. Yo sigo muy tranquila. No siento dolor. Simplemente tengo que
respirar de nariz y pecho cada vez que noto que la tripa se me contrae.
Unos 30-40
segundos y vuelta al relax.
La oxitocina ya
la han subido exponencialmente un par de veces al 12 al 24 y la matrona entra
para hacerme un nuevo tacto. 4 cm. Puedo ponerme la epidural.
No lo tengo
claro. No siento dolor. Y la matrona me dice que podemos esperar.
Llega el
ginecólogo. Todo bien y perfecto. Yo sigo en la pelota. Tienes que bajar.
Sigues alta y necesitamos que te encajes bien.
La chicha de la habitación del lado grita como una descosida y yo no entiendo nada.
Seguimos sumando
oxitocina. Subimos a 36. Hay que acelerar la bajada y parece ser que la cosa va
lenta.
Nuevo tacto. 7
cm. Hay que decidir si poner epidural o no. La matrona me dice que es algo muy
personal pero yo le insisto en saber si el dolor se va a intensificar mucho ya
que en esos momentos el dolor no es nada intenso y puedo soportarlo bien solo
con la respiración.
La matrona se me
queda mirando e incrédula me pregunta si no me ha dolido el tacto que me acaba
de hacer.
No he sentido
nada.
Repite. En 40 años de trabajo no se había encontrado
con nadie a la que no le doliera un tacto así.
Se moja. Me dice
que con ese umbral del dolor ella no se pondría nada. Que sería mucho mejor
para el expulsivo notar las contracciones para empujar.
Decidido.
Seguimos
dilatando.
Seguimos subiendo
exponencialmente la oxitocina. Subimos a 48.
Parece ser que
falta un reborde y no quieres terminar de prepararte.
Me entra mucho
sueño. Son las 13h y no he dormido en toda la noche. Decido dejar la pelota y
tumbarme en la cama.
Me duermo. Ni las
contracciones pueden con mi sueño.
Durante la
siguiente hora entra el ginecólogo. Nuevo cambio de matrona y nuevos tactos. Ya
estamos mucho rato con la oxitocina alta y los últimos pasos para el expulsivo
parece que no llegan nunca.
La nueva matrona
le dice que va muy lento.
Decide coger las
riendas. Se pone los guantes. Y, por primera vez en todo el proceso veo los
astros, las estrellas y los asteroides.
Apoyado sobre mí,
me aprieta el vientre mientras me mete la mano y me hace empujar. Bufff.
Decide mover
ficha.
Nos vamos a
expulsivo.
Me avisa que no
va a ser fácil. Está alucinando con que haya decidido no ponerme anestesia y
sabe que voy a ser fuerte.
Cambiamos de
sala. Jorge debe vestirse de verde para entrar en expulsivo.
Me ponen en
posición de parto. Han bajado la cantidad de contracciones. Subimos oxitocina.
Llegamos a 56.
Sólo debo empujar
cuando sienta una contracción.
Empezamos.
Demasiadas pocas contracciones. Tenemos que optimizarlas.
La matrona encima
de mi tripa, el ginecólogo decidiendo como acelera la salida, la auxiliar
flipando, Jorge llorando de emoción.
Tiene que bajar
más. Yo empujo como si me fuera la vida. En una misma contracción tres veces. No
puedo parar de empujar mientras dure la contracción.
Cortamos. Sacamos
el kiwi. Viene posicionada mirando al cielo.
El anestesista,
que pensaba que no iba a tener trabajo, es requerido para hacerme ver las
estrellas y tomar el relevo de la matrona y presionarme la tripa para hacerte
bajar.
Bufff.
Todos me dicen
que falta poco. Pero yo no veo final. Aprieto y aprieto. El ginecólogo estira
el kiwi, el anestesista se deja toda su fuerza en mi vientre, Jorge llora y me
da ánimos, la matrona me insiste en que no puedo parar de hacer fuerza, me
ponen oxígeno, está siendo más largo de lo esperado, la auxiliar está alucinada
porque en todo el tiempo que lleva trabajando nunca había visto un parto sin
epidural.
Sale.
Silencio.
No hay llanto.
Se te lleva el
pediatra.
Yo quería mi piel
con piel.
Jorge me hace
bajar de la nube. Es lo mejor para la niña.
Nos la ponen unos
minutos encima. Ha empezado a llorar pero muy bajito.
Ha sufrido mucho.
El ginecólogo empieza
a coser. Se te llevan en observación a neonatos.
Me dice que se ha
complicado al no haber podido posicionarte mirando hacia abajo.
Le doy las
gracias por haber sido valiente y no hacerme cesárea (mi hermana vino igual y a mi madre la
llevaron a quirófano) cuando ya lo teníamos casi todo hecho.
Estoy cansada
pero me siento bien.
Me suben a planta
y Jorge se va a neonatos a verte y ver que estás bien.
La matrona me
explica que si quiero dar pecho lo mejor es, que como no sabemos cuándo te subirán con nosotros, vaya estimulándome
el pecho para ir sacando el calostro y recogiéndolo en una jeringa para después
poderte dar las primeras gotas de leche (de un color amarillo cual leche
condensada) llenas de nutrientes y defensas buenísimas para tus primeros días
de vida.
Al final fue
menos de lo que pensamos.
En dos horitas te
tuvimos con nosotros.
Ya somos tres en
la familia.
Terminamos el
proceso de traerte al mundo.
Empieza una nueva
etapa.
Tu crecimiento.
Nuestra
adaptación.
Te queremos
Abril.
Bienvenida a la
tierra.
Que casualidad Rosa mi hijo nació el día 9 de mayo de 2007 a las 9 de la mañana, y encima era miércoles como este año . Parece que estes contando mi parto pero el mío con epidural!!!
ResponderEliminarjejee al final todas pasamos por lo mismo en mayor o menor medida!
EliminarBuen día para nacer en mayo!