Terminamos la
semana con el embarazo a término que se suele decir.
Hemos llegado a la clase
práctica de parto y nos han enseñado las diferentes maneras de respirar para
soportar el dolor de las contracciones y la manera correcta de hacer los pujos
en el expulsivo.
Cuando menos me
lo espero Jorge dice: ¡contracción! Y acto seguido tengo que coger aire
profundamente, soltarlo y, al volver a cogerlo intentar aguantar sobre los 40
segundos haciendo respiraciones altas por boca o nariz. Cansa bastante al
principio pero una vez le coges la práctica es fácil. La cuestión es intentar
que, durante la contracción, se mueva lo más mínimo la zona diafragmática.
Me han salido
tres mini estrías en la zona baja de la tripa. Yo que pensaba que me iba a
librar de ellas… son pequeñitas casi no
se ven pero bueno… serán los tatuajes de un proceso de creación de vida. Viéndolo
así, hasta sale barata la impronta natural en la piel.
El viernes
pensaba que me ponía de parto. Después de un día intenso de visita al cole, (Teníamos
pendiente poner unas frases de decoración y hasta que no terminé de hacerlo no
paré), parada a ver el traje de comunión de una compañera, comida, preparación
de atriles (las sillas las dejé para otros) para el concierto de canciones en
valenciano con la Orquesta Vivaldi y Gustavo Paradís y la obligatoria cena post
concierto, ya no podía con mi alma. Unos dolores… y es que con casi 38 semanas
de gestación una ya no está para estos trotes…
Que no apriete
demasiado el calor con lo que nos quede.
Me siento como
una morcilla hinchada que no sabe hasta cuándo va a tener que esperar…
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