Terminamos marzo
con el inicio de las fiestas de semana santa.
Aprovecharemos las vacaciones
para quedar con amigos y preparar un poco todo lo necesario para tu llegada.
He lavado toda tu
ropa, toallas, mantitas, muselinas… y he preparado todo lo necesario para los
días de hospital.
Al ser privado
porque es el que nos entra dentro del convenio de funcionarios, se deben llevar
unas cuantas cosas que en un público no tienes que tener en cuenta pero en
principio lo tenemos todo.
La verdad es que
con la llegada de esta última luna llena antes de la definitiva te he notado
mucho más que la semana anterior. Las contracciones de Braxton, donde se pone
toda la tripa dura como una piedra y la presión en la zona del útero se
intensifica, son muy frecuentes.
Ya se visualiza
el final de esta etapa y viene la incertidumbre del comienzo de una nueva para
toda la vida.
Si te paras a
pensarlo da un poco de miedo. Al mismo tiempo ganas y, a la vez, seguridad y
tranquilidad de saber que vas a compartir el resto de tu vida con una niña a la
que acompañar, querer, enseñar y disfrutar.
Respecto a
nuestro hogar las cosas siguen un poco grises. No nos preocupa demasiado que
los tiempos se hayan retrasado, mirando por el lado positivo, más tiempo de
margen para ir pagando facturas… pero queremos que los acabados queden bien y
con el suelo estamos un poco decepcionados.
Nunca entenderé a
las personas de la construcción que ven que el acabado no es el correcto pero aun
así no lo modifican si no estás detrás achuchando e inspeccionando los remates.
Se supone que son
profesionales ¿no? Pues parece ser que ocurre más de lo que nos podemos
imaginar.
Yo sigo con mi
característica paciencia pero no dejo de lado mi característica manera de
comunicar todo lo que pienso y lo que me parece bien y mal. Porque al final
para ellos es un trabajo más pero para nosotros será nuestro hogar.
Veremos cómo
solucionamos este bache en el camino.
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