- ¿Te has enfadado?
- …
- ¿No me vas a contestar?
- No estoy enfadado. ¿qué pasa?
- Nada, no pasa nada. Solo que llevo toda la semana mandándote whatsapps y no me has contestado a ninguno.
- No me apetecía.
- ¿Y eso?
- ¿Siempre tengo que estar dispuesto a querer hablar contigo?
- No… pero me apetecía saber de ti…
- Bueno pues ya sabes que estoy bien y que no me he enfadado. No te preocupes.
- Te echo de menos…
- ¡¿qué dices?! ¿Tú me echas de menos a mí?
- Sí…
- ¿Por qué?
- Porque desde que estuve contigo aquel día no he vuelto a correrme con nadie.
- ¡No me lo creo! ¿A que vienes con esto ahora? ¡Ya me había olvidado de ti!
- Lo siento pero necesitaba contártelo. Me gustaría volver a verte.
- Ya te dije que no quiero ser tu follamigo.
- Ya lo sé, no quiero que lo seas.
- ¿Entonces qué quieres?
- Quiero volver a salir contigo, cenar, beber, hablar, reírnos, emborracharnos, acostarnos…
- No puedo acostarme contigo, ya lo sabes…
- Pero… ¿por qué?
- Porque me gustas, porque sé que me vas a hacer daño y porque… ¡No me puedo creer que sea tu mejor polvo en estos meses!
- Estuve genial contigo, y tu lo sabes, disfrutaste (espero) tanto como yo y, solo quería que lo supieras.
- Gracias pero no puede ser…
- Las personas pueden llegar a quererse por sus acciones ¿sabes? La atracción no lo es todo pero es un primer paso y, lo demás, va surgiendo poco a poco sin que te des cuenta.
- Dicho así suena perfecto listilla, sabes tocarme la fibra sensible y eso me gusta y al mismo tiempo lo odio en ti. Pero sabes que de igual manera, no siempre esas acciones dan el fruto esperado por las dos partes y en este caso, sé que yo saldría perdiendo.
- No sabes lo que yo siento por ti, no me has dejado demostrarte nada. Simplemente huiste y te encerraste en ti mismo.
- Tú no quieres estar conmigo. Lo sé.
- ¿Me lo has preguntado?
- No…
- Pues entonces ¿por qué das las cosas por supuestas? Quiero empezar a vivir cosas contigo. Me gustas.
- Pero no me quieres…
- No te quiero, no. ¿Acaso crees que es tan fácil querer a alguien? Esto va poco a poco. Necesito acciones, momentos contigo, volver a reírnos, a hablar, a salir, acostarnos… ¡justo lo que te he dicho antes!
- Tía… no sé.
- ¡Mira que eres complicado chico!
- Ais.… me has pillado por sorpresa…
- Bueno piénsalo. Dime algo esta semana y si después de pensarlo decides verme, quedamos el sábado.
- Vale…
- Y sólo un último apunte… me he comprado un conjunto de lencería que sería una lástima que se quedara guardado en el cajón…
- ¡Tía!
- Jijijii, espero noticias tuyas en breve. Mua!
miércoles, 3 de octubre de 2012
Recaídas
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