Sorbió el último trago de su Dry
Martini.
Fijó su mirada en mis tacones.
Tomó una aceituna y la chupó.
A veces, los pequeños detalles, hacen
que la vida se convierta en un inmenso placer.
Sorbí el último trago de mi
Cosmopolitan.
Fijé mi mirada en los labios de mi
acompañante.
Tomé mi guinda y la chupé.
A veces, la buena vida, simplemente son
pequeños placeres conexos por azar.
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